Un tercio de las presas vascas se encuentran solas en prisión
Un informe elaborado por Sare advierte de que en la actualidad hay 39 presas vascas en las prisiones de los estados español y francés. «Trece están completamente solas en la cárcel, sin compañeras, y otras diez están con una sola compañera», denuncia la red.
Un tercio de las presas vascas se encuentran completamente solas en prisión, y otras diez están con una sola compañera –dos de ellas en el modulo de aislamiento–. Así lo denuncia el informe “Mujeres vascas presas”, elaborado por Sare, que advierte de que, «si ser mujer en el dia a día es difícil, lo es más cuando hay compromisos políticos o militantes de por medio. Por no decir, si por esos compromisos políticos es encarcelada esa mujer».
«Entras en un mundo ajeno y desconocido. Obligada a vivir en un ambiente enemistado. Eres mujer. Un ser de segunda también en este lugar. Además, al ser presa política, con un ‘status’ especial, ya que te aplicarán una ley de excepción, estarás lejos de tu pueblo, con otra compañera o sola, en un entorno totalmente diferente, aunque tu solo conozcas las cárcel ahí», sostiene el informe, que detalla el «cuádruple castigo» al que son sometidas las reprasaliadas vascas.
El primero es el castigo social, fomentado por una sociedad patriarcal que «nos conduce a pensar que cometer un delito es incompatible con la mujer, llevándonos a pensar que la mujer que comete este tipo de acciones es una ‘antimujer’». Y el segundo el castigo personal, derivado de la separación de los hijos e hijas, una experiencia «muy traumática para la mayoría». «Esa separación o pérdida puede enfrascar a la mujer presas en un proceso de autocastigo», detalla.
El tercer castigo es el penal, ya que «las condiciones para cumplir condena de las mujeres son más duras que las de los hombres». «Con la excusa del número reducido de mujeres que hay en la cárcel, estas sufren mayores restricciones y prohibiciones», sostiene la red ciudadana, que hace hincapié en que «la dispersión y los impedimentos para conseguir el tercer grado, aunque tengan menores delitos cometidos, eleva la cantidad de años de condena de las mujeres y la dificultad de encontrar trabajo». El cuatro castigo afecta a las presas de EPPK, que «suelen ser clasificadas como FIES-3. […] Estar clasificada como FIES –Fichero Interno de Especial Seguimiento– conlleva tener un control exhaustivo: las comunicaciones son grabadas o leídas y hay un control especial, con quién se junta, qué lee…». A esto se suman los efectos del alejamiento, que provoca un «aislamiento social al ser separadas de su entorno social y cultural».
MATERNIDAD Y SALUD
Además, deben hacer frente a los impedimentos impuestos a la vida familiar, regulada por una «ley patriarcal» en la que «se conciben módulos de maternidad y no de paternidad». «Hay espacios llamados Unidades Familiares, donde la pareja que está presa y su hijo o hija se pueden juntar, pero las presas políticas no tienen permitido hacer uso de este módulo», remarca Sare, que insiste en que «la niña o el niño no están presos, por lo que, deberían tener la opción de salir y entrar de la cárcel cuando quieran».
«Para garantizar esto es imprescindible que los familiares estén al otro lado de la puerta. Pero la dispersión dificulta muchísimo esta opción, ya que los familiares no pueden acercarse tantas veces como quisieran», remarca antes de apuntar que el alejamiento «afecta a la mayoría de las mujeres que han sido madres en la cárcel, ya que solo hay tres módulos de maternidad, el de Aranjuez (Madrid), el de Picassent (València) y el de Albolote (Granada)». En el informe se cita el caso se Sara Majarenas, que cumplió su pena integra en un piso tutelado junto a su hija, víctima de la violencia machista.
Asimismo, el documento recoge las deficiencias existentes en cuestiones fundamentales, como la salud: «Aparte de que no haya un ginecólogo en la mayoría de las cárceles, las presas en general tiene muchas dificultades a la hora de solicitar cita con el médico. Las presas en cárceles de hombres han denunciado el hecho de tener visitas más reducidas y en peores condiciones», señala, y explica que, en el Estado francés, «los catálogos de compra son masculinos y productos que para ellas son esenciales, como los tampones o las compresas, son inalcanzables, y los repartidos por la propia cárcel son de mala calidad y escasos».
La discriminación también se da en las actividades, ya que las mujeres «tienen menos talleres en los que participar, y cuando tienen, estos están directamente relacionados con lo roles de genero: costura, peluquería, cocina... son utilizados para reproducir los roles de la mujer».
emakume presoen aldeko protesta musikatua egin dute gasteizen
Emakume presoen egoera salatzeko, elkarretaratze musikatua egin zuten atzo Gasteizen hainbat eragile feministak deituta. Bezperan, 340 lagun elkartu ziren errepresaliatuen alde. Beste hainbat herritan ere izan ziren mobilizazioak ostiralean: Antzuola (24), Añorga (19), Bergara (42), Getaria (33), Oñati (47), Deba (40), Usansolo (23), Mutriku (50), Lizarra (35), Legorreta (70), Agurain (36), Ugao (77), Algorta (61), Durango (140), Lezo (19), Errenteria (166), Barañain (41), Hernani (140), Berriz (26), Lekeitio (97), Zarautz (131), Andoain (48), Lazkao (62), Etxarri Aranatz (65), Iruñea (226), Galdakao (92), Zornotza (74), Arbizu (43), Berriozar (30), Oiartzun (42) eta Burlata (43).GARA