Quim Torra se somete esta mañana a la segunda votación de investidura, en la que será suficiente con una mayoría simple, garantizada por la abstención que la CUP confirmó ayer domingo. Es decir, Torra saldrá hoy del Parlament como 131º president de la Generalitat.
El todavía candidato ha inaugurado el pleno con un discurso que ha empezado de la misma manera que arrancó el del pasado sábado, acordándose de los presos y exiliados políticos y dejando claros los tres puntos esenciales por los cuales se guiará: Puigdemont es el president legítimo de Catalunya, respeto al mandato del referéndum del 1 de octubre («un estado independiente en forma de república») y un programa de gobierno basado «en la cohesión social y la prosperidad económica».
Como guiños a la CUP, ha reiterado su compromiso con la puesta en marcha de un proceso constituyente, así como la instauración de la Asamblea de Cargos Electos, «llamada a tener un papel muy importante» que no ha detallado. Ha puesto, en cualquier caso, una carta más encima de la mesa: volver a impulsar en el Parlament las 16 últimas leyes catalanas suspendidas por el Tribunal Constitucional tras el pertinente recurso del Gobierno español.
Programa de gobierno
Con todo, ha habido algunas diferencias respecto al discurso del sábado, cuando el independentismo fue el principal receptor de sus palabras. Esta mañana ha ampliado el foco y ha tratado de trasladar un mensaje más inclusivo, asegurando que la mayoría de puntos del programa que proponen podrían generar grandes consensos en todo el arco parlamentario.
Y para demostrarlo, a diferencia del sábado, ha enumerado con trazo grueso algunos de los principales puntos de dicho programa, empezando por la educación (defensa de la inmersión lingüística), la sanidad (nueva Ley de la salud), la política migratoria (país de acogida) o la cultura, en la que ha prometido igualar el presupuesto al de los países más avanzados en la materia.
Han seguido la prosperidad económica, la política energégica, la administración pública, la agricultura, los Mossos y un largo etc. que se suele conocer como el listín telefónico de cualquier candidato a la investidura.
Ha sido en la recta final cuando Torra, siempre con el tono suave y afable que le caracteriza, ha recuperado cierta solemnidad para realizar una autocrítica sobre los tweets y los artículos que en el pasado escribió y que «hayan podido ofender a alguien». De hecho, ha querido buscar un acercamiento al reivindicar que «la libertad para Catalunya y para España tiene nombre de república: República catalana y República española».