GARA
NUEVA YORK

La masacre de Gaza multiplica las reacciones internacionales

La muerte de 60 manifestantes palestinos en la frontera entre Gaza e Israel el lunes ha sacudido la pasividad internacional en torno al conflicto y ha causado numerosas condenas. Cabe destacar la iniciativa árabe que pide protección internacional para los palestinos y la carta enviada a Guterres por diez miembros del Consejo de Seguridad.

Los países árabes van a presentar al Consejo de Seguridad de la ONU una propuesta de resolución para dar protección internacional a los civiles palestinos, informó ayer el embajador de Kuwait, Mansur Al Otaibi. Estaba previsto que el borrador se trasladara al resto de miembros del Consejo entre ayer y hoy, detallando qué tipo de fuerza o mecanismo se utilizaría.

La medida llega después de que sesenta palestinos muriesen el lunes a manos del Ejército israelí en las protestas en la frontera de Gaza por el traslado de la embajada de EEUU a Jerusalén. «La intención es proteger a los palestinos, dar protección internacional a los civiles», explicó Al Otaibi a su llegada a una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad. El embajador recordó que Israel tiene la «responsabilidad» de garantizar la seguridad de los palestinos, pero no está cumpliendo. Al Otaibi no quiso adelantar detalles sobre qué tipo de mecanismo se propondrá, pero avanzó que no sería una misión de mantenimiento de la paz de la ONU.

Kuwait, tras consultas con el resto de países árabes, solicitó la reunión que celebraba ayer el Consejo sobre la violencia en la frontera de Gaza.

Dos tercios de dicho Consejo de Seguridad expresaron el lunes su «profunda preocupación» por el hecho de que no se implemente una resolución de 2016 que exige el fin de la construcción de colonias judías en tierras que los palestinos necesitan para edificar un Estado independiente. La carta enviada al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, de diez de los quince miembros del Consejo coincidió con la jornada más sangrienta para los palestinos desde 2014. «El Consejo de Seguridad debe respaldar sus resoluciones y garantizar que tengan significado, de lo contrario, corremos el riesgo de socavar la credibilidad del sistema internacional», han señalado Bolivia, China, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial, Estado francés, Kazajistán, Kuwait, Holanda, Perú y Suecia en la carta.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos instó a todas las partes a ejercer la «máxima contención» para evitar que se repita la «horrible violencia» que se vivió el lunes. La ONU criticó el uso de fuego real por parte de las fuerzas israelíes: «Las normas sobre el uso de la fuerza en el Derecho Internacional se han recordado muchas veces pero parece que son ignoradas una y otra vez. Parece que cualquiera es susceptible de ser disparado: mujeres, niños, periodistas, servicios de emergencias o espectadores en cualquier punto de la valla» fronteriza.

Testigos consultados por las agencias de noticias palestinas Wafa y Maan declararon que las fuerzas ocupantes usaron gases lacrimógenos y munición real contra los manifestantes.

Versión israelí

El Ejército de Israel, por su parte, acusó a los palestinos de emplear armas de fuego, cócteles molotov y otros explosivos y de intentar traspasar la valla limítrofe. Pero ese discurso parece venirse abajo fuera del Estado ocupante. El Ministerio de Exteriores de Bélgica convocó ayer a la embajadora de Israel, Simona Frankel, para pedirle explicaciones por unas declaraciones sobre los 60 fallecidos en Gaza, a quienes calificó de «terroristas». El primer ministro belga, Charles Michel, pidió una investigación internacional sobre la actuación del Ejército israelí, como hicieron Londres y Berlín. «Creemos que Europa debe estar mucho más movilizada sobre el tema», dijo el gobernante en referencia a los últimos acontecimientos. Aseguró que en la cumbre de líderes de los Veintiocho, que se celebra hoy y mañana en Sofía, Bélgica abogará por una acción política mucho más firme de la UE.

El primer ministro de Irlanda, Simon Coveney, se reunió ayer con el embajador israelí, Zeev Bokar, durante media hora para trasladarle su queja.

La Alta Representante de Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Federica Mogherini, aseguró ayer que la Unión lleva meses pidiendo una investigación independiente sobre los hechos en Gaza, junto con el secretario general de la ONU, «pero no en las últimas horas, sino desde que comenzaron los problemas». Respondió así a la pregunta de si la UE se sumaba a la petición de reclamar una investigación independiente tras la masacre del lunes en Gaza.

Tensión Tel Aviv-Ankara

El Gobierno de Israel pidió ayer al cónsul de Turquía en Jerusalén que regrese temporalmente a su país, tras hacer Ankara lo mismo con el embajador israelí en Turquía en señal de protesta por la muerte de 60 personas en Gaza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, calificó el mismo lunes a Israel de «estado terrorista» y le acusó de «genocidio», al tiempo que achacó parte de la culpa a Washington.

La embajadora de EEUU ante la ONU, Nikky Haley, elogió la «contención» de las fuerzas militares israelíes durante las protestas del pasado lunes. «Los que sugieren que la violencia en Gaza tiene algo que ver con el emplazamiento de la embajada de EEUU están muy equivocados», dijo la estadounidense.

 

Conmemoran los 70 años de «Nakba» con duelo y huelga

Los palestinos conmemoraron la Nakba («catástrofe») con dos muertos más en las protestas llevadas a cabo ayer en Gaza y con el duelo nacional por los 60 fallecidos el lunes por disparos del Ejército israelí.

Dos palestinos murieron ayer mismo por fuego israelí y cien quedaron heridos, catorce de ellos por munición real, en nuevas manifestaciones de la llamada Gran Marcha del Retorno que se desarrollan en Gaza desde el 30 de marzo y terminaron ayer. «Si nos quitan Jerusalén. No hay nada más que perder», dijo sobre el traslado de la Embajada de EEUU a esta ciudad el manifestante Amar Imad, que ayer regresó a uno de los puntos de protesta, donde los asistentes coincidían en denunciar que «la Nakba continúa». Miles de personas asistieron a los funerales de 25 de los 60 fallecidos que fueron enterrados ayer, entre ellos, una niña de ocho meses que al parecer murió por inhalación de gases lacrimógenos en los incidentes ocurridos en el campo de refugiados de Malaka. «No hemos faltado ningún viernes. Ellos (los padres) se acercaron demasiado ayer –por el lunes– y cayeron los gases. La niña estaba asfixiada e intentaba respirar, pero ya no podía. Murió de camino al hospital», narró a Efe la abuela Laila. Las protestas fueron visiblemente menos concurridas ayer.GARA