Bizilagunekin: «Pondremos la vida en el centro ante la venta del territorio como un recurso más»
La plataforma Bizilagunekin, que forman diversas donostiarras preocupadas con las consecuencias que está teniendo este modelo de turismo, convoca una marcha para mañana a las 18.30 partiendo desde Sagüés, coincidiendo con la celebración de la Organización Mundial del Turismo en la ciudad.
La manifestación de mañana (a las 18.30, desde Sagüés) será el colofón del programa de actos con el que se presentó Bizilagunekin el mes pasado. Después de esta cita seguirán trabajando, poniendo la atención en las diversas consecuencias que está teniendo para los donostiarras este modelo de turismo, ciudad y territorio.
¿Cuáles son los objetivos de la convocatoria de mañana?
June Aretxalde: Queremos visibilizar el descontento social que creemos que hay en torno al incremento del turismo fundamentalmente en la última década y, especialmente, en los últimos cinco años en la ciudad. Creemos que ha habido varios problemas sociales que se han incrementado a raíz de eso. Nuestra intención es denunciar esas situaciones que tienen que ver sobre todo con el aumento del precio de la vivienda, la mercantilización del espacio público, y una cierta precaricación de las condiciones de trabajo o al menos la creación de más empleos en ese sector en detrimento de otros esfuerzos que se podían hacer en invertir en otros sectores. También en relación a la cultura, el euskara, y las relaciones comunitarias.
Markel Ormazabal: La rapidez con que se están dado todos estos cambios y las consecuencias que están dejando ya son bien claras. Cuando hablamos de turismo hablamos de datos relacionados única y exclusivamente a las ganancias económicas olvidándonos del resto de las consecuencias que tiene. Tanto la reunión de la Organización Mundial del Turismo (OMT) como la manifestación son una oportunidad para poner en el centro todas esas problemáticas que obvian los que gobiernan.
La marcha tendrá el lema «Bertan bizi gara, bertan bizi nahi dugu! Aquí vivimos, ¡aquí queremos vivir!».
M. O: Una de las consecuencias que genera la actividad económica del turismo es el desplazamiento de la población por el encarecimiento del alquiler y de los productos básicos, la proliferación de los pisos turísticos, la construcción de hoteles… Se ve muy exageradamente en la Parte Vieja (calculan que en el último año y medio unas 500 habitantes han salido del barrio por no poder hacer frente al día a día), pero es como una mancha de aceite, imparable. Se está notando no solo en otros barrios del centro, también de la periferia de la ciudad y en los pueblos que rodean a Donostia. El lema de la manifestación reivindica que se ponga atención a los habitantes.
¿A quiénes llaman a acudir?
J. A: Nos hemos constituido como una plataforma situada en Donostia, pero creo que será cuestión de tiempo que empecemos a trabajar con otros pueblos que puedan estar afectados por el mismo problema. El llamamiento es amplio.
M. O: Durante este último año, además de conformar la Red de Ciudades del Sur de Europa Ante la Turistificación (SET), a nivel de Euskal Herria se han realizado jornadas y encuentros, donde nos hemos ido juntando diferentes plataformas. Les hemos invitado a que hagan su propio llamamiento.
J. A: Una de las intenciones es poner la vida en el centro ante este proceso de venta del territorio como un recurso más. El territorio es el lugar de vida. Desde ahí creemos que debemos reivindicar lo local. El Ayuntamiento tiene que ser un interlocutor importante.
¿Qué supone que la reunión de la OMT se celebre en Donostia?
J. A: Es una forma de desoír las preocupaciones de la ciudadanía del verano pasado. Por otro lado, entendemos que es un paso más de seguir situando a Donostia en el mapa del turismo mundial, cuando creemos que ya estamos llegando a un punto en el que debemos plantearnos si es necesario seguir haciendo eso o no y de qué modo. El problema es que actualmente el turismo está totalmente desregularizado. A lo mejor alguien piensa que somos exagerados. En nuestra opinión, el momento de moverse es ahora.