El Real Madrid sigue reinando en Europa. Cuarto título de los blancos en las cinco últimas Champions, y ya son trece en toda la historia.
La final disputada ante el Liverpool ha tenido varios momentos clave y un protagonista en negativo. El meta del Liverpool, el germano Loris Karius, ha sufrido una noche de esas que marcan carreras deportivas. Dos grotescos errores suyos han significado sendos goles merengues. Con solo 24 años, necesitará mucha fortaleza mental para sobreponerse a la que le viene.
Por orden. El primer punto de inflexión ha llegado sobre la media hora. La gran estrella de los reds, Mohamed Salah, se ha dañado un hombro al caer en un forcejeo con Sergio Ramos. El egipcio quería seguir, pero no ha podido ser. Hasta ese momento el Liverpool había puesto en apuros al Madrid, obligando a Keylor Navas a lucirse para no encajar.
A partir de ahí el miedo ha cambiado de bando, aunque se ha llegado al descanso con empate a cero. Pero el Madrid ya había tomado las riendas, pisando el área inglesa.
En la reanudación, los blancos se han adelantado pronto. El meta Karius tenía el balón en sus manos. Ha tratado de pasárselo a un compañero, pero Benzema ha estirado la pierna para bloquear el balón, y el rebote se ha colado mansamente en la meta del Liverpool (1-0, 51’).
La reacción ha tardado solo cuatro minutos en llegar. Lovren ha cabeceado un corner en el segundo palo y Sané ha remachado a bocajarro (1-1, 55’).
El guion se mantenía, con un Madrid dominador. Zidane ha quitado a Isco y ha metido a Bale, y el galés ha resultado decisivo. Primero ha enganchado a centro de Marcelo una chilena colosal, estratosférica. Un golazo espectacular (2-1, 64’).
El Liverpool quería pero le costaba, y el Real Madrid gozaba de metros para correr. Cristiano empezaba a acaparar ocasiones, pero la puntilla la ha puesto Bale. O Karius. El primero ha chutado desde lejísimos, fuerte pero muy centrado. El meta germano ha puesto las dos manos para detener el balón, pero se le ha marchado dentro de su portería después de tocarlo (3-1, 83’).
Ha sido el remache. Karius lloraba desconsolado mientras pedía perdón a la hinchada, que cantaba eso de que «nunca caminarás solo». Al otro lado, los blancos celebraban otro título. Real Madrid, señor de Europa.