El presidente estadounidense, Donald Trump, dejó los habituales mensajes contradictorios ante sus socios en la cumbre del G7. Por una parte, amenazó con dejar de comerciar con aquellos países que mantengan aranceles a los exportaciones estadounidenses, especialmente en el sector agrícola.
«La Unión Europea es brutal con EEUU en aranceles. Y lo saben y me sonríen cuando se lo digo. No se pueden creer que lo hayan podido hacer. Pero se ha acabado. Tenemos un déficit de 100.000 millones de dólares con México, y no incluye todas las drogas que están llegando porque no tenemos un muro. Pero va a cambiar. No tienen otra opción. Si no cambia, no vamos a comerciar con ellos», afirmó.
Igualmente, considero «muy injusto» para los agricultores de EEUU que otros países como Canadá o India impongan elevadas tarifas a los productos estadounidenses; insistió en que hará «lo que sea necesario» para que EEUU tenga relaciones comerciales «justas» con otros países, y concluyó que los días en que otros países se han aprovechado comercialmente de EEUU «se han acabado. EEUU no es la hucha del cerdito que saquear».
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, replicó que Canadá impondrá «sin ninguna duda» represalias comerciales a EEUU a partir del 1 de julio a pesar de las amenazas y subrayó que así se lo dijo directamente a Trump. «Los canadienses somos educados pero no permitiremos que nos empujen», añadió.
Antes de dejar la cumbre, Trump invitó a los otros integrantes del grupo a pensar en la posibilidad de crear una zona de libre comercio entre los siete. «Suprimir las tarifas aduaneras, suprimir las barreras no tarifarias, suprimir las subvenciones», afirmó.
EEUU acaba, sin embargo, de imponer tasas la importación de acero y aluminio fuertemente contestadas por los otros integrantes del G7.
Las desavenencias se dejaron notar en la declaración final. Aunque hubo comunicado común, firmado por todos, dejó constancia de las diferencias estadounidenses sobre el tema del cambio climático.
Respecto al comercio, las negociaciones llevaron a un compromiso par modernizar la Organización Mundial del Comercio y reducir las barreras arancelarias y no arancelarias» pero también para desarrollar «nuevas reglas que equilibren el campo de juego», en una concesión a Trump. Asimismo, defendió que el comercio «libre, justo y mutuamente beneficioso es un motor clave para el crecimiento y el trabajo». La canciller alemana, Angela Merkel, admitió que el texto común «no resuelve los problemas en detalle. Tenemos concepciones diferentes con EEUU». Trump aseguró que las malas relaciones con sus socios son «fake news».
Moscú dice que no pidió volver y prefiere el G20
El presidente estadounidense, Donald Trump, reiteró la idea que ya lanzó el viernes de volver al formato del G8 con el reingreso de Rusia, excluida en 2014. «Sería una cosa positiva», afirmó. Pero los europeos ya han rechazado la idea, y la propia Rusia declinó la invitación. El jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, afirmó que «Rusia nunca pidió volver» al G8 y estimó que el G20, un foro ampliado a los países emergentes, es «el formato más promisorio». El mismo día Rusia participaba en la cumbre del grupo de Shangai con China e India, entre otros países euroasiáticos. La propuesta sobre Rusia no fue el único gesto en el que Trump mostró su desdén por su socios. El sábado llegó con retraso a un desayuno de trabajo sobre igualdad de sexos y simplemente no asistió a una sesión dedicada al clima. Fue el último en llegar a la cumbre y el primero en irse para preparar la cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Singapur, a la que no ocultó que daba más importancia. «Es una ocasión única que nunca volverá a presentarse», afirmó.GARA