Los 630 migrantes rescatados hace una semana por el barco «Aquarius» operado por la ONG SOS Méditerranée y Médicos Sin Fronteras (MSF) desembarcaron ayer en el puerto de València tras una semana de navegación por el Mediterráneo. Lo hicieron de manera escalonada a bordo de tres embarcaciones.
La primera en llegar fue el navío italiano «Dattilo», con 274 migrantes. Después lo hizo el «Aquarius», con 106 migrantes a bordo, y, finalmente, el «Orione», con 250 personas.
Tras una primera revisión médica a bordo, los migrantes fueron descendiendo progresivamente a tierra firme. Las mujeres embarazadas y las personas que lo necesitaron fueron trasladadas en ambulancias a hospitales. Presentaban patologías más leves de lo esperado, la mayoría quemaduras, malestares y escoriaciones de piel.
La operación fue observada desde una distancia de 200 metros por los periodistas, sin acceso al área de desembarco ni a los migrantes, para proteger su intimidad y privacidad. Más de 600 redactores y cámaras de 160 medios de todo el mundo se desplazaron al puerto de Valencia. La expectación mediática era máxima. Según detalló la Generalitat valenciana, algunos de los profesionales procedían de Portugal, Italia, Francia, Suiza, Suecia, Austria, Alemania, China o Estados Unidos.
En declaraciones realizadas al inicio del primer desembarco, el presidente de MSF en el Estado español, David Noguera, celebró que los rescatados por el «Aquarius» estén en un lugar seguro, donde se les atienda de forma digna, «pero el bloqueo de los puertos europeos es un precedente muy negativo. Esto nos obliga a todos a la reflexión colectiva para encontrar soluciones más justas, más humanas, al drama de la gente que se lanza al mar en el Mediterráneo».
La coordinadora de Emergencias de la ONG, Karline Kleijer, remarcó que «estos hombres, mujeres y niños han huido de conflictos y de la pobreza y han sobrevivido a terribles abusos en Libia. Se les ha transportado de un barco a otro como si fueran mercancía y han tenido que soportar innecesariamente un viaje más largo y más duro».
Denunció que Italia y otros gobiernos europeos «han incumplido de forma vergonzosa sus responsabilidades humanitarias y han optado por colocar la política por encima de la vida de personas vulnerables».
De cara a la reunión del Consejo Europeo de esta semana, MSF reclamó los gobiernos de la UE que «den prioridad absoluta a la vida de las personas. Se debe facilitar un desembarco rápido en los puertos seguros más cercanos, en los que los rescatados puedan recibir asistencia adecuada y garantías. Los gobiernos europeos deben comprender la importancia de las operaciones de búsqueda y rescate. Más de 500 personas han muerto ahogadas en 2018 en el Mediterráneo central tratando de cruzar el mar en balsas impracticables. No deben bloquear las iniciativas independientes y no gubernamentales de rescate y tendrían que crear un mecanismo exhaustivo y eficaz de búsqueda y rescate en el Mediterráneo».
Rechazó «la campaña contra las labores de rescate de las ONG. No somos la causa de este problema, ni tampoco daremos la solución, que es política. Simplemente salvamos vidas».
Criticó también que la UE no ha dado «apoyo suficiente a los países que están en primera línea del perímetro europeo como Grecia e Italia. Al contrario, refuerza fronteras y cierra puertas y apoya con entusiasmo que la Guardia Costera libia haga regresar al país magrebí a quienes han sido rescatados en aguas internacionales, a pesar de que allí sufren un trato inhumano».
Advertencia de ACNUR
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Filippo Grandi, alertó de que lo ocurrido con el «Aquarius» podría repetirse en un futuro: «El principio del rescate en el mar es lo suficientemente importante como para no ponerlo en riesgo y cualquier cuestionamiento sobre los desembarcos puede suponer un grave peligro no solo para los refugiados e inmigrantes sino para cualquier persona que se encuentre en situación de riesgo en el mar».
En rueda de prensa en el puerto de Valencia, la directora general de SOS Mediterranée, Sophie Beau, incidió que «esta situación no puede repetirse. [...] La inacción de Europa es criminal». Además, adelantó que su organización planea volver a echarse al mar a rescatar migrantes.
Lo mismo que MSF. «Mientras los gobiernos incumplen sus responsabilidades, los equipos del ‘Aquarius’ van a seguir con las labores de rescate en el Mediterráneo», aseguró Kleijer.
«No permitiremos que entren en un centro de internamiento»
El colectivo «CIEs No» advirtió de que no permitirá que parte de este grupo de migrantes sea trasladado a centros de internamiento, «espacios donde reina la opacidad, la arbitrariedad y la impunidad y donde se vulneran derechos fundamentales de las personas que están ahí internadas».
La portavoz de la plataforma, Gema Síscar, mostró su preocupación y alarma por «las diferentes y confusas informaciones que se están dando desde el minuto cero en que se propuso acoger a los pasajeros del ‘Aquarius’. Dijeron primero que se les daría el estatus de refugiado; luego, que se les daría permisos de estancia temporales. La última declaración de la Policía es que podrían ser llevados a centros de internamiento».
Pidió al Gobierno español que acoja a estos migrantes «sin matices» y «con derechos». «Internarlos sería multiplicar otra vez el riesgo que han tomado en sus vidas», añadió. Reclamó, asimismo, el cierre de los CIEs. «No los queremos nuevos ni con reformas, los queremos cerrados».
La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, subrayó que van a conciliar «la sensibilidad y la humanidad» con el cumplimiento de la legislación. Según MSF, las autoridades entregaron a los migrantes tres formularios para elegir cuál rellenar: uno para solicitar un permiso de estadía de 45 días, otro para pedir asilo en el Estado español y otro para hacerlo en el francés.GARA