Las fiestas de Baiona ya están aquí. Gastada la primera parranda nocturna, la ciudad escala desde hoy una larga etapa de montaña, rica en eventos y encuentros, que se prolongará durante los cuatro próximos días.
La edición de este año tendrá un sabor especial, al menos para dos del cerca de un centenar de peñas y asociaciones que son el corazón de las fiestas de Baiona. Por veteranía, mencionemos primero a la peña Haiz’Egoa, que llega este año a su 25 aniversario. Una cripta horadada en la muralla del ingeniero militar Vauban, en la Puerta de España, sirve de cobijo a la peña, impulsada por una cuadrilla de ocho locos del rugby y que hoy cuenta con una treintena de socios.
25 años de Haiz’Egoa
El próximo fin de semana Haiz'Egoa soplará sus 25 velas con una doble celebración. La primera cita tendrá que ver, como no podía ser de otra forma, con esa contrarreloj a caballo entre Senpere y Ezpeleta que devolverá al Tour a tierras vascas. Los de Haiz'Egoa sudarán el maillot, aunque sus escapadas se circunscribirán a las calles del centro de Baiona. La fiesta de aniversario tendrá lugar el domingo. Al mediodía, en el local de Haiz’Egoa habrá un aperitivo amenizado por el canto y, ya por la tarde, la banda Los Mokos pondrá el ritmo a la celebración con la ayuda de otras cuatro fanfarrias. Especial serán estas fiestas también para la nueva estrella del universo peñístico: Muskerrak. Con un espectacular colgado de paraguas rojos y blanco en la calle Marsan en que ha instalado su local se ha presentado en los días previos a las fiestas la nueva asociación.
El arranque festivo, en la plaza de la Libertad, también estuvo marcado anoche por esa alianza del rojo y blanco. No obstante, la imagen de postal tuvo un matiz. Así, algunos baionarras vistieron una camiseta negra para protestar por la decisión del Consistorio de cobrar a los forasteros por el acceso al recinto festivo en las tres jornadas que acogen el máximo de visitantes.