Un juzgado de París ha determinado que no hay elementos para enjuiciar a Koldo Gorostiaga, Jon Gorrotxategi y Mikel Corcuera y ha ordenado devolver al exeurodiputado abertzale los 200.304 euros que requisaron a estos dos últimos cuando fueron detenidos por la Policía de Aduanas francesa hace dieciséis años en la localidad de Valenciennes. La Fiscalía ha apoyado la decisión.
Los hechos se remontan al 22 de marzo de 2002, cuando los entonces militantes de Batasuna Gorrotxategi y Corcuera fueron arrestados cuando regresaban de Bruselas y les incautaron en su vehículo 200.304 euros procedentes de la oficina de Batasuna en la capital belga. La jueza francesa Laurence Levert abrió una investigación en la que les acusaba de asociación de malhechores y de financiar una organización «terrorista», cuya instrucción se ha prolongado hasta hoy, cuando ha sido sobreseída.
Durante estos dieciséis años Gorrotxategi y Corcuera han estado sometidos a control judicial en el Estado francés.
Las abogadas Maritxu Paulus y Clara Rouget han destacado en una nota de prensa que «desde el primer momento no había ni una duda sobre el origen del dinero que llevaban», que su procedencia estaba justificada y que «disponían de los permisos necesarios para ello».
Gorrotxategi y Corcuera se han congratulado de la decisión del tribunal parisino aunque han denunciado que han tenido que vivir todos estos años «bajo una espada de Damocles». En el caso de Gorostiaga, debido al embargo del dinero no ha podido pagar la deuda que le reclamaba el Parlamento Europeo, lo que le ha generado una situación muy delicada y ha hecho que su reputación se haya puesto bajo sospecha durante todo este tiempo.