El Ejército israelí anunció haber matado en la madrugada de ayer a siete supuestos milicianos del Estado Islámico (ISIS) que huían de la ofensiva del Ejército sirio y sus aliados contra su reducto en el sur de la provincia siria de Deraa.

Fuentes militares sionistas aseguran que fueron interceptados y bombardeados a 200 metros de la frontera de los Altos del Golán ocupados por Israel e insistieron en que proyectaban infiltrarse en formación de combate y con fusiles AK-47, cinturones explosivos y granadas para perpetrar atentados.

Hace días, el Ejército israelí destruyó una lanzadera desde la que el ISIS lanzó dos proyectiles que aterrizaron en el mar de Galilea y que, según algunos analistas, respondieron a un intento de los yihadistas de provocar un enfrentamiento militar entre Israel y Siria.

El Ejército jordano anunció asimismo que ha matado a un número indeterminados de yihadistas que huían y se acercaban a su frontera desde Siria. Todo apunta a que se trata de huidos de los últimos reductos del Ejército Jaled bin Walid, un grupo yihadista vinculado al ISIS, asediado en la cuenca del río Yarmuk, en el sur de Deraa.

Las tropas sirias perseguían en su huida a un centenar de yihadistas que habían tomado varios civiles para usarlos como escudos humanos, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Fin de la operación

Desde Moscú, el jefe de operaciones del Estado Mayor ruso, general Serguei Rudskoi, dio por concluida la ofensiva del Ejército sirio para recuperar el control total de las provincias de Deraa, Quneitra y Sueida, en el suroeste del país.

Israel contemporiza

El ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, confirmó que la victoria de Al-Assad no le incomoda: «La situación vuelve a ser la que imperaba antes de la guerra civil de 2011 y vuelve a haber un responsable a quien dirigirse y un poder central».

Lieberman advirtió, eso sí, de que la frontera en medio de los Altos del Golán y la presencia militar de Irán e Hizbulah son líneas rojas para Israel.

AI denuncia la limpieza étnica turca en Afrín

Amnesty International urgió a Turquía a acabar con las «graves violaciones de derechos humanos» en Afrín, uno de los tres cantones kurdos del norte de Siria.

En un informe publicado ayer, AI recoge múltiples denuncias de vecinos de Afrín sobre «detenciones arbitrarias, desapariciones forzadas, confiscación de bienes y saqueos» a cargo de «grupos armados sirios armados por Turquía».

Las fuerzas turcas, apoyadas por grupos rebeldes sirios, conquistaron el cantón de Afrín en marzo tras dos meses de ofensiva que expulsó a las milicias kurdas de las YPG y forzó el éxodo de decenas de miles de personas. Ankara rechaza por «infundadas» esas acusaciones y asegura que los grupos rebeldes tendrían prohibido entrar en las localidades kurdas y poner controles.

Por contra, AI insiste, en base a testimonios locales, que rebeldes sirios y militares turcos han requisado escuelas en Afrín, impidiendo a miles de menores kurdos ir a clase. «En tanto que fuerza de ocupación, Turquía es responsable de la seguridad y el orden en Afrín».GARA