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WASHINGTON

Los delitos de sus asesores comprometen la presidencia de Trump

La condena y la declaración de culpabilidad de dos exasesores de Trump ponen en otro aprieto al presidente de EEUU ante las próximas elecciones y la investigación de la trama rusa.

Casi de forma simultánea pero en tribunales separados, el presidente estadounidense, Donald Trump, recibía el martes un doble varapalo en las figuras de dos de sus antiguos asesores.

El antiguo jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, fue declarado culpable de ocho cargos de evasión fiscal, fraude bancario y omisión de declarar cuentas en el extranjero, ajenos al magnate.

Por su parte, el antiguo abogado personal del presidente, Michael Cohen, se declaró culpable de varios delitos, como fraude bancario y fiscal en su negocio personal, que podrían enviarle a prisión durante años, pero también de dos violaciones de las normas de financiación de campañas electorales.

Y en ese último cargo, fue más allá y testificó que el propio Trump le instó a cometer el delito al acordar pagos para comprar el silencio de dos mujeres que decían haber tenido una relación con el magnate,

Cohen, que se entregó al FBI y compareció poco después en Nueva York ante un juez federal para declararse culpable, reconoció haber gestionado antes de las elecciones dos pagos, de 150.000 y de 130.000 dólares, a mujeres que aseguraban haber mantenido relaciones con el entonces candidato republicano a la Presidencia.

Esos pagos podrían violar las leyes sobre financiación electoral si se considerasen un aporte ilegal a la campaña de Trump, al buscar su silencio para evitar ser perjudicado en los comicios.

El abogado aseguró que actuó «bajo dirección del candidato» y «con el objetivo principal de influir en las elecciones», implicando explícitamente a Trump en esos posibles delitos.

Trump: «El dinero era mío»

Al respecto, Trump aceptó ayer el pago pero negó que se tratara de un delito. El presidente aseguró en la cadena Fox, que supo que Cohen había pagado a dos de sus amantes a cambio de su silencio después de que lo hiciera. Además, afirmó que el dinero procedía de sus cuentas privadas, no del presupuesto para la campaña, en contra de la versión de Cohen, quien sostiene que los pagos a ambas mujeres se imputaron como gasto electoral. «No venían de la campaña. Procedían de mí», dijo Trump en la entrevista de la que ayer se conocieron extractos.

Ninguno de los delitos de sus exasesores tiene relación directa con la supuesta injerencia de Rusia para beneficiar la campaña de Trump en 2016, pero el fiscal especial a cargo del caso, Robert Mueller ve que su investigación da frutos y aumenta la oportunidad para asegurar la cooperación de futuros testigos.

Sobre todo, en un momento en el que Mueller está cada vez más presionado políticamente para cerrar su investigación, especialmente por la cruzada de Trump contra lo que califica de «caza de brujas», en un esfuerzo por socavar cualquier intento por llevarlo a juicio.

Con unas elecciones legislativas de medio mandato cruciales que se avecinan en noviembre, Trump está desesperado por convencer a los votantes de que la investigación tiene prejuicios políticos, y evitar perder la mayoría republicana tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.

Un Congreso con mayoría demócrata podría impulsar un proceso de destitución.

Aunque no se relacionen con una colusión de Rusia, «la condena de Manafort demuestra que la investigación de Mueller está lejos de ser una cacería de brujas», señaló el congresista demócrata Adam Schiff. «También muestra que la campaña y la administración estuvieron plagadas de personas con un historial de negocios sin escrúpulos y con vínculos con intereses extranjeros», agregó.

Impulso para Mueller

La primera reacción de Trump a los resultados de ambos casos judiciales el martes fue insistir una vez más en que no hay base para la investigación de Mueller.

«No me involucra… No tiene nada que ver con la colusión rusa. Continuamos con la caza de brujas», afirmó el presidente.

Y ayer volvió a expresarse para fustigar a Cohen y elogiar a Manafort. Mientras aseguró que su exabogado había «inventado los hechos con el fin de obtener un acuerdo» de negociación para reducir su pena, escribió que sentía «un gran respeto por un hombre valiente» al referirse a su exjefe de campaña. «La ‘Justicia’ tomó un caso de impuestos de hace 12 años, entre otras cosas, aplicó una tremenda presión sobre él (Manafort) y al revés que Michael Cohen, rehusó ‘derrumbarse’ –inventar historias– para lograr un pacto. Gran respeto por un gran hombre!», afirmó Trump.

El principal abogado de Michael Cohen, Lanny Davis, aseguró que su cliente no solo no lo espera, sino que no aceptaría un indulto «de alguien que ha actuado tan corruptamente como presidente».

Michael German, exagente del FBI ahora en el Brennan Center for Justice, opinó que el veredicto de culpabilidad en el juicio de Manafort ha sido un importante paso adelante para Mueller. «Cada victoria es importante para el fruto final de la investigación», señaló. «Es más fácil obtener la cooperación de los testigos o asegurar declaraciones de culpabilidad si se está buscando establecer un registro de éxito. Pone más presión sobre las personas para que cooperen con la investigación», añadió. Aun así, la Casa Blanca dice que Mueller está siendo muy lento y no oculta su deseo de que todo termine.

Su portavoz, Sarah Sanders, insistió ayer en que «el presidente no está preocupado. Sabe que no ha hecho mal y que no hay colusión» con la trama rusa. El exfiscal federal Renato Mariotti afirma que hay una amenaza constante e implícita por parte de Trump para terminar sumariamente la investigación, incluso aunque eso pueda desatar una crisis constitucional.

Desde que fue nombrado en mayo de 2017, no ha hecho comentarios públicos sobre el progreso de su investigación ni ha respondido a los ataques casi diarios del presidente, pero ha imputado a 33 individuos, 25 de ellos rusos, y a tres compañías.

Cinco han negociado declaraciones de culpabilidad por cargos reducidos, incluido el exasesor de seguridad nacional de Trump Michael Flynn; el exvicejefe de campaña y ayudante de Manafort Richard Gates; y el exasesor de política exterior George Papadopoulos.

 

Un experto de la ONU pide que Irán pueda importar productos básicos

El experto de la ONU especializado en el impacto de medidas coercitivas sobre los derechos humanos, Idriss Jazairy, demandó ayer a EEUU que «permita la entrada a Irán de bienes agrícolas, alimentos, medicinas y equipos médicos tomando medidas concretas para ofrecer a bancos, instituciones financieras y empresas esa garantía». Sostuvo que las sanciones estadounidenses, impuestas recientemente están destruyendo la economía y la moneda de Irán, empujando a millones de habitantes a la pobreza y haciendo que los productos importados alcancen precios exorbitantes. El experto de la ONU consideró que la reanudación de las sanciones ha sido un acto ilegítimo. «Las sanciones internacionales deben tener propósitos legales, pero también deben ser proporcionales y no deben atentar contra los derechos humanos de los ciudadanos y, en este caso, no se cumple ninguno de estos criterios», subrayó Jazairy.

Washington volvió a activar una primera tanda de sanciones contra Irán el 7 de agosto y el 5 de noviembre anunciará un segundo paquete, que incluirá restricciones al sector energético de Irán.

El asesor de Seguridad Nacional de EEUU, John Bolton, de visita oficial en Israel, advirtió de que la Casa Blanca «no va a parar ahí».GARA