N.B., de 38 años, falleció el lunes en el Complejo Hospitalario de Nafarroa, donde se encontraba ingresada desde el sábado, tras sufrir numerosos puñetazos a manos de su marido, quien ha reconocido haberle golpeado.
El titular del juzgado de Instrucción número 1 de Aoiz considera demostrado que el marido, A.B., de 41 años y con antecedentes por maltrato, le propinó con sus puños una reiterada serie de golpes en numerosas partes de su cuerpo, algunos de ellos en la cabeza, por lo que ha decretado prisión provisional, comunicada y sin fianza por un presunto delito de homicidio.
«Contra la violencia sexista» y «No a la violencia contra las mujeres» han sido algunos de los lemas exhibidos en la protesta, que ha contado con la presencia de diferentes cargos públicos, entre ellos la presidenta del Parlamento foral, Ainhoa Aznárez.
Las asociaciones Andre Mari y Pilpilean han convocado esta protesta, a la que se ha adherido el Ayuntamiento, que esta mañana se ha concentrado también para mostrar su «más enérgica condena y repulsa» ante la violencia ejercida contra su vecina fallecida «a causa de un crimen machista».
Comunicado de la Marcha Mundial de las Mujeres
Igualmente la Plataforma de la Marcha Mundial de las Mujeres de Euskal Herria ha llamado a sumarse a esta y a las movilizaciones previstas para mañana en las capitales vascas.
En un comunicado hace hincapié en el hecho de que era sabido que el hombre le maltrataba, que contaba con antecedentes por ello, pero eso «no garantizó la necesaria intervención que requería la situación».
Al no presentar una denuncia no se pusieron a su disposición los protocolos y los recursos públicos contra la violencia machista, lo que, añade, «evidencia los vacíos existentes en las medidas contra la violencia» y le lleva a preguntarse «por qué no quiso denunciar».
En este sentido apunta que el proceso que se activa tras la denuncia es «violento para muchas mujeres, pues es conocido el machismo que existe en los juzgados», a lo que añade que «además, para hacerle frente a esa situación de vulnerabilidad es vital la protección social» y «la estructura de clase o la xenofobia que atraviesa nuestra sociedad aumenta la indefensión de muchas mujeres».
En este caso «tener una procedencia extranjera –la víctima era de origen ucraniano, como su pareja– y la precariedad no le facilito las cosas», según el movimiento feminista, que denuncia «la lectura de algunos medios de comunicación, que mencionan un supuesto alcoholismo y costumbres de ella», lo que «demuestra que una vez más se responsabiliza a la víctima y la estigmatización que viven las mujeres de procedencia extranjera».
«La violencia contra las mujeres no tiene límite porque es una herramienta fundamental del sistema capitalista patriarcal, un recurso para mantener las relaciones de sumisión y de poder que ha creado dicho sistema», denuncia.