Así lo han puesto de manifiesto los portavoces de los diferentes grupos tras la primera reunión ordinaria de los órganos rectores del Parlamento navarro en el curso político que hoy empieza, y en conferencia de prensa los socios del cuatripartito han reconocido sus «desencuentros», pero han avanzado su interés por reeditar un pacto de la naturaleza del que ha regido estos cuatro años.
Al respecto, Geroa Bai ha reiterado su interés por incorporar al PSN a ese posible nuevo gobierno de coalición, como ya le hubiera gustado tenerlo en la legislatura actual, ha dicho Koldo Martínez, quien en cualquier caso ha defendido la vigencia del actual acuerdo programático y la «fidelidad» de su formación al mismo, del que ha sido «la argamasa a lo largo de estos tres años».
Sin haber escuchado esta intervención, Adolfo Araiz, EH Bildu, ha rechazado «que nadie ostente esta posición central» del cuatripartito al entender que los «resultados positivos que se han dado son fruto del trabajo entre diferentes» y de la suma de las cuatro fuerzas, un trabajo que no da por agotado «ni por amortizada esta legislatura» porque aún hay «retos por desarrollar».
Tras rechazar que desde posturas como la de UPN se considere «acabado» el cuatripartito, Araiz ha «reafirmado nuestro compromiso con este acuerdo», ha señalado para rechazar la «temeridad» de posicionarse en este momento sobre si apoyaría o no EH Bildu a la socialista Chivite para liderar un próximo gobierno llegado el caso.
Por Podemos, Carlos Couso, ha sido más abierto al asegurar que desde su formación «no ponemos vetos a las siglas» para posibles acuerdos, al entender que el próximo gobierno «deberá ser fruto de un acuerdo programático en base a objetivos», «a contenidos y no siglas», y no ha ocultado que les «gustaría reeditar» para «profundizar» en el actual, aún «mejor» con más apoyos de otras formaciones, y «seguir blindando al gobierno de la posibilidad de que lo ocupara la derecha».
En cuanto a la dificultad que puede suponer los desencuentros en el seno de Podemos, Couso ha asegurado que tras el cambio de nombre del grupo parlamentario a Podemos-Orain Bai «damos todas las disputas por zanjadas» porque «todas las posibles facciones» se ven representadas en el nuevo nombre, con el que ha asegurado que en estos ocho meses seguirán defendiendo el programa con el que Podemos se presentó a las elecciones en 2015.
La otra pata del cuatripartito, I-E, ha señalado por boca de Marisa de Simón que afronta el nuevo curso con un «compromiso decidido por el desarrollo del acuerdo programático, que sigue vigente, hoy aún más si cabe», por lo que tras las próximas elecciones apostarán «por la continuidad del cambio».
Preguntada por la posible entrada del PSN en este nuevo posible gobierno de coalición, la parlamentaria de I-E ha sido crítica con el veto socialista a EH Bildu, y ha asegurado que no apoyarán a quien «excluya a una parte del gobierno del cambio que tantos éxitos ha tenido en este legislatura».
Por su parte, María Chivite, PSN, ha recordado que para las próximas elecciones tienen «bien claras» las únicas exclusiones a la hora de pulsar posibles acuerdos, ha dicho en alusión al PP «porque está en las antípodas ideológicas» y a EH Bildu, con el que tiene «límites» tanto «por cuestiones ideológicas y éticas» como de modelos económicos.
Así, además de citar a su postura sobre ETA, Chivite ha animado a «centrarnos no en temas identitarios sino en los problemas de la gente», un asunto sobre el que se ha dicho «dispuestos a hablar con todos», para postularse como líder de un virtual nuevo Ejecutivo progresista.
También desde la actual oposición, Ana Beltrán, PPN, ha tendido la mano para un posible pacto, en este caso con UPN y Ciudadanos, pero también con PSN, «los cuatro partidos constitucionalistas» que eviten que «Navarra desaparezca» de manos de un cuatripartito que defiende «el imperialismo vasco».
No es la opinión de Javier Esparza, UPN, quien ha considerado como «política ficción» esta opción, dado que el PP lo ha excluido de sus interlocutores, por lo que ha advertido de que «aquí hay dos alternativas: o continúa un gobierno nacionalista al frente de esta comunidad o habrá un gobierno liderado por UPN alcanzando acuerdos con otros».
«Es a lo que aspiramos, a tener el mayor número de apoyos posibles, y con esa ilusión comenzamos este curso político», ha señalado el líder regionalista, quien ha augurado que en estos meses «vamos seguir viendo el teatrillo de las diferencias entre los miembros del cuatripartito, pero si les dan los números, van volver a pactar para seguir haciendo política nacionalista en esta comunidad».