Las portavoces de la red Izaskun Fernández y Garazi Montuschi han hecho un balance de la labor de este grupo de voluntarios, donde han explicado que de los migrantes a los que han presetado atención 200 llegaron en autobuses fletados por la Cruz Roja –150 hombres, 13 mujeres y dos niños– y fueron acogidos en el centro de Zorroaga, mientras que la red «encontró durmiendo en la calle otros 30».
La gran mayoría son migrantes en tránsito, aunque 16 personas han decidido quedarse en Donostia y en este momento «no existen recursos de acogida» para ellas, motivo por el que están pernoctando en Txantxarreka para «evitar que se queden en situación de calle».
Harrera Sarea acompaña a todos ellos a partir de las 8.00 de la mañana, cuando cierra el recurso de Cruz Roja, y les ofrece ayuda en las gestiones, asesoramiento legal, ropa, apoyo para recibir dinero de sus familias y consejo para emprender viaje a otras ciudades.
De hecho, este colectivo ha pagado 34 cuatro viajes a otras ciudades, 14 de ellas a Barcelona, por un importe total de 649 euros.
También les han ayudado a desplazarse a Irun, ya que 125 han manifestado su deseo de cruzar la muga para seguir su periplo hacia el norte de Europa, aunque la red les ha informado de las dificultades que están poniendo las autoridades francesas.
A través de las aportaciones de voluntarios, Harrera Sarea ha tenido unos ingresos de 3.458,50 euros y ha gastado 3.230,41, ha explicado Fernández.
En su opinión, sigue faltando «fluidez» en la relación con la mesa interinstitucional, a pesar de que ha participado en dos reuniones con las instituciones que gestionan la atención a los migrantes llegados a Euskal Herria.
La red considera que resulta necesario un centro de día «para tramitar las múltiples gestiones que estas personas necesitan resolver».