EIBAR 1
LEGANÉS 0
El Eibar despide el verano tan radiante de ánimo como estaba el cielo ayer sobre Ipurua, gracias a una victoria que, a falta de que concluya la jornada, le aupa a la zona cómoda de la clasificación tras una tarde repleta de satisfacciones.
Empezando por la propia dinámica en la que ha entrado el equipo, que enlaza ya tres jornadas en positivo. Además, por primera vez este curso, dejó su portería a cero. Gracias a Dmitrovic, sí, que volvió a firmar dos intervenciones que pusieron en pie a la grada de Ipurua, pero también por la labor de sus compañeros, que concedieron poco a un Leganés que primero no quiso y luego no pudo. Las novedades del once, bastantes más de las previstas –Ramis, Escalante, Hervías, Kike y Enrich– también dejaron buenas noticias, ya fuera la buena actuación del central en sus primeros minutos de la temporada tras recuperarse de una lesión muscular, la primera titularidad de Hervías que dio mucha vida al ataque armero en la primera parte o el gol de Kike García, que en las dos campañas previas había tenido que esperar bastante más para quitarse el cero.
Ellos, y el resto de sus compañeros, fueron muy superiores al rival. Aunque tuvieron que darle mucho al pico y la pala para poder trasladarlo al marcador. Entre el calor y la vocación claramente defensiva del Leganés, la tarea resultó extenuante. Y el cansancio acumulado fue, posiblemente, el motivo de que cuando mejor se le pusieron las cosas al Eibar tras adelantarse en el marcador, no fuera capaz de cerrar el partido. Faltó frescura, a veces en el remate, otras en el último pase, para redondear el marcador. Lo que además provocó que se vivieran los últimos minutos con cierta intranquilidad, por muy inofensiva que resultara la reacción de los madrileños.
La ocasión más clara del rival, de hecho, había llegado en el primer tiempo, todavía con el marcador a cero, con un cabezazo de Carrillo que Dmitrovic envió a córner con una mano salvadora junto al larguero. Para entonces el Eibar también había rozado el gol, sobre todo con un remate de Enrich que dio en la parte interior del travesaño pero rebotó fuera de la línea. Escalante, Hervías o incluso Cote también probaron, incluso con menor fortuna.
Fue mejor tras el descanso. De nuevo remató Enrich al larguero para que el balón saliese despedido hacia el área. Pero esta vez Kike estaba allí para cabecear el rechace a las redes.
No podía pintar mejor el partido, con media hora por delante y el Leganés obligado a echarse arriba. Y sí, adelantó líneas, pero ni lo hizo con demasiada convicción ni los eibarreses supieron aprovecharlo. La entrada de Jordán por Kike –mareado por el esfuerzo– le dio vida al ataque y el equipo enlazó un puñado de contragolpes. Pero el marcador no volvió a moverse. No hizo falta. Ipurua festejó igualmente una victoria que supo de miedo.
«Creo que hemos hecho un buen partido»
Muy satisfecho acabó José Luis Mendilibar. Por la victoria y esta vez también por el rendimiento de sus futbolistas que, después de «haber trabajado mucho, y con el calor», acabaron «muy cansados» pero «muy contentos».
«Creo que hemos hecho un buen partido –subrayó–. Los cuatro de atrás han estado seguros, los centrocampistras trabajadores, los de arriba sacando balones para que rematen los delanteros... Creo que lo hemos hecho bien». Especialmente feliz se confesó por «lo poco que hemos permitido que genere el rival. Veníamos de recibir muchas ocasiones, aunque hubiéramos ganado y empatado en los dos últimos partidos. Pero habiendo sido el mejor del equipo el portero o fallando el rival. Hoy nos han hecho poco, así que algo ya hemos mejorado», aseguró. Destacó igualmente que «hemos peleado, hemos corrido, hemos tratado de hacer el juego que queremos siempre, apretando, sacando centros, segundas jugadas...».
Mendilibar confía en que la victoria venga bien de cara al próximo partido, inmediato, auque reconoció que su equipo acabó fundido, por lo que tendrá que introducir muchos cambios.A.U.L.