Por ejemplo, las auxiliares domiciliarias del Ayuntamiento se han manifestado frente al Hotel María Cristina, punto de llegada para numerosos famosos y a donde acuden abundantes medios de comunicación. Cada cuatro años cambian su convenio, pero el actual se les caduca en octubre y todavía no han firmado el nuevo. Por ello, se han puesto en huelga y han decidido mostrar su queja en la calle, frente a las estrellas y los cazadores de autógrafos. «Estamos en huelga para defender un derecho fundamental. Pedimos una subida de sueldo que cubra lo que implica el tiempo de desplazamiento», ha declarado Maria Eugenia Pardo, miembro del comité de empresa de Garbialde, que ha contado que visitan cinco domicilios al día.
«Donostia no solo es el festival de cine», ha subrayado, y ha dicho que luchan por los derechos laborales de todas las que atienden a las personas. «Aquí seguro que habrá gente con un sueldo ridículo y un trabajo precario», ha asegurado haciendo referencia a la gente contratada para Zinemaldia.
Los dos carteles que aparecen en la fotografía, o uno muy parecido, los hemos visto pegados en el bolso de un señor apostado junto a una farola en el puente del Kursaal. Ayer, ignoramos si el mismo u otro, se acercó un poco más esta vez pancarta en mano a la alfombra roja con algo similar: «El puñetero Podemos se niega a investigar corrupción PNV Diputación Gipuzkoa. El puñetero Junteros de Podemos Traidores Dimisión» (sic) tal y como aumentando se puede leer en la imagen.
Las últimas han sido las trabajadoras de la Fundación Matía, que esta misma tarde, en la esquina del Kursaal, tras una pancarta, han reivindicado sus derechos laborales.
Puede que haya habido más. Esto todavía no se ha acabado.