Arropado por sus aliados Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Baréin, Yemen y Jordania, Arabia Saudí no ha ofrecido aún más datos sobre la investigación sobre la muerte del periodista Jamal Khashoggi, que según la Fiscalía saudí sigue su curso, mientras que los ulemas del país consideran que las decisiones y medidas adoptadas por las autoridades de la petromonarquía buscan «lograr la justicia y la igualdad según la legislación islámica».
Sin embargo, desde la ONU y otras organizaciones de derechos humanos han emitido mensajes de condena y peticiones de que se lleve a cabo una investigación independiente y veraz.
Amnistía Internacional (AI) ha señalado que los resultados de las investigaciones saudíes no son «fidedignas» y ha pedido una investigación independiente para esclarecer las circunstancias en las que falleció Khashoggi.
«Pedimos a las autoridades saudíes que entreguen el cuerpo de Khashoggi para un forense independiente pueda llevar a cabo una autopsia de acuerdo con los estándares internacionales», ha exigido el director de campañas para Oriente Medio de AI, Samah Hadid.
La Unión Europea cree «profundamente preocupantes» las circunstancias de la muerte del periodista saudí y ha acusado a sus responsables de violar la Convención de Viena al usar una sede diplomática para motivos ajenos a las tradicionales funciones consulares.
«Los hechos confirman que el periodista saudí Jamal Khashoggi fue asesinado en el Consulado General del Reino de Arabia Saudí en Estambul el 2 de octubre de 2018», ha aseverado la máxima responsable diplomática de la UE, Federica Mogherini.
Alemania, Austria y el Estado francés también han expresado su condena por la muerte de Khashoggi.
Mientras tanto, Turquía ha anunciado que seguirá con su investigación y revelará sus propias conclusiones, al margen de la versión dada por Riad.