El primer testigo acudió a la plaza después de ver el partido en San Mamés. Fue a la barra externa del bar Kirruli, y de camino no vio ninguna bronca, tampoco coches patrulla o ambulancias. Según ha relatado, «sin saber por qué, llegaron tres furgonetas y empezaron a cargar a diestro y siniestro». Se intentó esconder como pudo cerca de la barra externa, y una pelota le impactó «en el costado». Tras ello, se acercó hasta los ertzainas para pedir una ambulancia. «Nos respondieron a porrazos, a mi amigo lo tiraron al suelo y yo me escapé como pude».
La siguiente testigo estuvo viendo el partido en una pantalla que había en la plaza. Vio una pelea, a la que no le dio «mucha importancia». Primero observó como llegaba una furgoneta de la Ertzaintza, escuchó que algunas personas silbaron, y acto seguido «los ertzainas se bajaron y comenzaron a cargar». Según ha recordado, hubo «algunas personas que tiraron algún botellín», y al haber otras personas recriminándoles esta acción, dejaron de hacerlo. La testigo se escondió tras una jardinera. Cuando descubrió que había un herido tirado en el suelo, fue a intentar atenderle, ya que es enfermera. «Estaba sangrando mucho, yo me acerqué a donde un agente para pedirle que llamase a una ambulancia. Estaba tardando mucho en llegar y llamé yo misma al 112», ha relatado.
El tercer testigo, compañero de la anterior, también se resguardó de los pelotazos de goma en una jardinera. «En algún momento vi a algunas personas tirar botellines, que no llegaron ni a la carretera donde estaban los ertzainas», ha recordado. Cuando se percató de que Iñigo Cabacas estaba tirado en el suelo fue a pedir una ambulancia. Tras ello, se acercó a donde la gente estaba atendiendo al joven y un ertzaina le golpeó con la porra por detrás, por lo que se marchó. Ha explicado que al abandonar la plaza otro agente le apuntó con la bocacha «a un metro de distancia».
El siguiente en declarar ha afirmado que vio el partido en el Kirruli y que no fue testigo de ninguna pelea. «Llegaron las furgonetas y los agentes bajaron y empezaron a cargar». Vio a un agente apuntándole, se giró y la pelota le impacto en la espalda. Instantes después, se metió en el bar y ahí se enteró de que había un herido grave.
El quinto testigo ha relatado que, cuando llegó a la plaza, «había dos personas pegándose», a lo que no le dio importancia. «El ambiente siguió igual», ha añadido. El testigo estaba cerca del Oktoberfest cuando la Ertzaintza llegó y empezó a cargar. Recuerda ver a algunas personas tirando botellines y que el resto de la gente les pedía que parasen. También ha relatado que un chico que acudió a donde los ertzainas a pedirles que llamasen a una ambulancia fue recibido a porrazos.
El sexto en declarar se encontraba en la barra exterior del bar Kirruli cuando «llegaron dos furgonetas y empezaron a cargar sin avisar». Según ha recordado, poco después llegaron más furgonetas y también cargaron. «A la altura y distancia a la que disparaban, lo hacían a matar», ha subrayado. Esta persona ha explicado que a un amigo suyo «le dieron con una pelota de goma en la escápula».
Cuando las cargas habían cesado y Cabacas estaba en el suelo, el joven entró «en un ataque de pánico». Se dirigió a los ertzainas a pedir una ambulancia, pero estos no le hicieron caso. Estaba llorando y ha asegurado que escuchó a un ertzaina decirle a otro «mira la nena cómo llora el hijo de puta».
Otro de los testigos ha coincidido en que los ertzainas empezaron a cargar sin avisar. «Fue un momento de mucho caos», ha recordado. Se tapó detrás de mesas y sillas durante la carga. Cuando vio a Iñigo herido en el suelo fue adonde un agente a pedirle una ambulancia, y le respondió «ya vendrá». Se acercó al grupo que estaba auxiliando a Cabacas y algunos agentes empezaron a pegarles con las porras.
Los siguientes tres testigos han sido tres amigos de los dos jóvenes que sufrieron una agresión antes de que llegase la Ertzaintza. Los tres han declarado que vieron lanzar algún botellín a los ertzainas, pero «no una lluvia de objetos». Según uno de ellos, los agentes no avisaron antes de cargar.
También ha declarado hoy un joven que oyó como una pelota impactaba en la cabeza de Cabacas y vio cómo caía al suelo. Llamó a SOS Deiak (llamada que se ha escuchado en la sala) para pedir una ambulancia. Minutos más tarde, cuando llegó la asistencia y estaba hablando con una doctora, un ertzaina se acercó y le echó del lugar. Por otro lado, ha afirmado que los agentes disparaban «en línea recta».
El último testigo, que estaba en la plaza, ha relatado cómo llegaron dos furgonetas y los agentes que había dentro descendieron y comenzaron a cargar sin previo aviso. También ha recordado que cuando Iñigo estaba en el suelo, la carga continuó.