El presidente estadounidense, Donald Trump, advirtió ayer de que «más tropas militares están de camino» a la frontera sur para defender la «sagrada frontera» ante la llegada de la caravana de migrantes que, según denunció el inquilino de la Casa Blanca en Twitter, «están compuestas de algunos combatientes y gente muy dura. Lucharon con fuerza y agresividad contra México en la frontera Norte antes de atravesarla. Los soldados mexicanos fueron heridos, incapaces o no tuvieron voluntad de detenerla».

«Muchas más tropas están en camino. No dejaremos pasar estas caravanas, que también están formadas por algunos tipos muy malos y pandilleros, en EEUU. Nuestra frontera es sagrada, deben venir legalmente. ¡Den la vuelta!», subrayó.

Sin dar detalles de fechas o duración del operativo, el Pentágono anunció el martes que enviará tropas adicionales, aparte de los 5.239 militares que ha indicado que mandará a la frontera sur del país, como parte de la orden decretada por Trump. La caravana de unos 7.000 migrantes centroamericanos, la mayoría hondureños, que busca llegar a EEUU llegó el martes a Juchitán, la ciudad del Istmo de Tehuantepec, en el sur de México.

Una segunda caravana

Ayer, una segunda caravana formada por cerca de 300 salvadoreños migrantes, entre ellos niños y mujeres, salió hacia EEUU. Los migrantes, a los que se unieron otro grupo de aproximadamente igual número de personas, se concentraron en la Plaza Salvador del Mundo de la capital salvadoreña y partieron hacia la frontera La Hachadura, ubicada en el departamento occidental de Ahuachapán, que conecta a El Salvador con Guatemala.

El grupo, que se espera se haga más numeroso a lo largo del recorrido, está integrado en su mayoría por menores de edad, mujeres, jóvenes y adultos, quienes buscan llegar a territorio estadounidense de una manera similar al viaje emprendido por miles de hondureños que aún siguen su travesía.

Los salvadoreños que integran dicha caravana, cuya convocatoria fue hecha a través de redes sociales, proceden de diferentes localidades del país centroamericano, entre ellas Apopa, Soyapango, Cuscatlán y Quezaltepeque.

La búsqueda de mejores condiciones de vida, la reunificación familiar y la violencia son los factores que están generando este éxodo, según la Dirección General de Migración y Extranjería de El Salvador.