Imanol Alguacil vuelve a asumir el mando del primer equipo realista. Lo hizo la pasada campaña con buenos resultados, tras la destitución de Eusebio. Sin embargo, al término de la misma el oriotarra transmitió que prefería regresar al filial.

El club aceptó y fichó a Asier Garitano por tres temporadas. El proyecto no ha sobrevivido ni hasta el ecuador de la primera. Hace un mes se encontraba a un punto de los puestos europeos tras superar además la primera ronda de la Copa, pero cuatro derrotas consecutivas han sentenciado al de Bergara.

Imanol regresa, pero con año y medio de contrato y la espada que pende sobre todo técnico en el fútbol de élite. Para la inmensa mayoría, el día en el que firma es un día menos para que llegue su despido.

«Es un día muy importante porque Imanol conoce la Real, los objetivos, dónde queremos llegar, tiene ambición y sentido común», ha indicado en la presentación el presidente Jokin Aperribay.

Roberto Olabe ha cosechado su primer gran fiasco como director deportivo. Apostó sin complejos por Garitano y ahora le ha enseñado la puerta de salida. Por ello, ha reconocido que ofrece «un mensaje totalmente contradictorio» al que envió hace seis meses. «Era algo que había que tomar (la destitución), dolorosa en el plano personal porque no es agradable sinceramente lo que hemos decidido y quiero agradecerle su entrega y honestidad pero esta decisión se enmarca en clave de futuro».

Responsabilidad sin consecuencias, por ahora

Olabe ha asumido toda la responsabilidad, aunque por ahora todo se limita a una anotación en su debe, sin mayores consecuencias. La Real ya desmontó y remozó todo su staff la pasada primavera, con el despido de Loren.  

Preguntado sobre posibles fichajes en el mercado invernal, ha dejado entender que no es su intención. «Lo más importante es estar primero con los que estamos y encontrar el rendimiento de los individuos que entendemos que podemos mejorar». Obviamente no se ha cerrado la puerta del todo, por lo que pudiera suceder.

El debut de Imanol Alguacil será el 6 de enero en el Bernabéu, una plaza de máxima dificultad. «Seguramente no habrá mejor escenario para empezar. Visitamos un campazo y jugamos ante un equipazo, e iremos ahí como lo hacemos siempre que salimos a un terreno de juego, es decir, a sacar los tres puntos», ha declarado.

También ha matizado sus palabras del término de la pasada campaña. «Lo que dije fue que nunca estaría preparado para dirigir a la Real, por el sentimiento que tengo, pero no decía no estar capacitado. Siento lo mismo ahora, pero la confianza que me han dado y la puerta que me abre en mi carrera de entrenador ha sido clave». El tren no suele pasar dos veces, pero esta ha sido la excepción y el de Orio ha decidido subirse, a pesar de que no hay apuesta sin riesgos.