Gerónimo Rulli es el claro ejemplo de los altibajos que puede atravesar un futbolista a lo largo de su carrera deportiva. De estar muy criticado por gran parte de la afición blanquiazul hace pocos meses debido a sus negativas actuaciones bajo palos, ha pasado a ser titular, coincidiendo con la lesión de Miguel Ángel Moyá, y a demostrar estar en un gran momento de forma.
Este proceso, que arrastra desde la temporada pasada –no fue convocado por Argentina para el Mundial de Rusia–, le ha hecho verse «más maduro y más portero», como admitió ayer en la sala de prensa de Zubieta.
Tras la actuación deficiente que tuvo ante el Rayo Vallecano el año pasado, el portero vio llorar a su mujer y por su cabeza solo pasaba «darle la vuelta a la situación». «Es por el camino que me he propuesto andar y por el que estoy transitando ahora», manifestó Rulli.
El guardameta txuriurdin ha cuajado varias grandes actuaciones los últimos encuentros. Es por ello que se confesó «muy contento» porque está cumpliendo el objetivo de revertir la situación, lo que le permite estar «más sereno, más tranquilo; y al fin y al cabo, en paz».
Toda esta experiencia hace que ahora «valore más» ser titular, como lo está siendo en los últimos partidos, ya que significa que se lo ha ganado en los entrenamientos y en el campo.
Respecto a la posible llegada de Alex Remiro en junio, el portero argentino señaló que le acogerán «con los brazos abiertos», pero le advirtió de que en la Real se encontrará con «una competencia muy dura».
El Tambor de Oro, al palco
Fiel a la costumbre de cada año, la Real ha invitado al Tambor de Oro, Rosa García, y a los demás galardonados –Eragin Elkartea, Hazi eta Ikasi, Elizaran Ikastetxea, Gaztetxo Antzerki Eskola y Ancora– a presenciar desde el palco de Anoeta el partido del domingo a las 18.30 ante la SD Huesca antes de recibir el sábado 2 de febrero al Athletic.