@AritzIntxusta

El agente acusado dice que no lanzó pelotas cuando Aingeru Zudaire perdió el ojo

El juicio contra el agente 85.615 ha quedado visto para sentencia. El policía nacional que se reconoció como uno de los bocacheros que disparó en el momento en el que Aingeru Zudaire perdió el ojo, ha cambiado su declaración y dice que fueron salvas, no pelotas.

Concentracion en apoyo a Aingeru Zudaire en la primera jornada del juicio. (Iñigo URIZ/FOKU)
Concentracion en apoyo a Aingeru Zudaire en la primera jornada del juicio. (Iñigo URIZ/FOKU)

Hay pocas esperanzas de que el proceso acabe en condena. Pero al menos, ya no cabe ninguna duda de que Zudaire perdió el ojo a causa de un disparo con pelotas de goma. El último esfuerzo por parte del abogado del Estado, que ejerce la defensa del agente imputado, ha sido ridículo. «Quizás una bola de billar lanzada con un tirachinas».

El papel del representante público ha quedado muy en entredicho en la segunda y última jornada del juicio. Ha tratado de insinuar que Zudaire perdió el ojo porque era uno de los agresores, citando que ese día una persona de Atarrabia «con los dos mismos apellidos» que el acusado fue detenida esa misma mañana.

El dato es cierto, detuvieron a uno de sus hermanos. Pero eso no tiene nada que ver con los hechos enjuiciados. El abogado también se ha reiterado en que pedirá la costas del juicio a Zudaire, señalando que la verdadera víctima de todo es el agente y no el joven que perdió un ojo.

El papel de este abogado ha sido redundante, puesto que la fiscal Ana Marcotegui ya ha hecho las veces de defensora del número 85.615. Ha asegurado que las imágenes del vídeo de Ateak Ireki sobre el momento en el que se produjo -según el testimonio de Zudaire- el disparo que le lesionó no revelan una carga antirreglamentaria. Ha dicho que solo se ven salvas (disparos fingidos, sin pelota), aunque ha tenido que admitir que, en algún momento, tuvieron que volar las pelotas de caucho. Y eso porque la forense no dejó lugar a las dudas durante la primera sesión.

«Un desgraciado accidente»

La fiscal cuestionó la veracidad del testimonio de Zudaire, pues el lugar donde sucedió todo no es el que indicó en fase de instrucción (antes de que aparecieran las imágenes). Pese a todo, califica lo sucedido como «un desgraciado accidente ni querido ni buscado». Y, para el caso de que los jueces entiendan que sí que fue el agente acusado el autor de la lesión, Marcotegui ha solicitado que se le aplique la eximente completa por cumplimiento del deber.

La acusación ejercida por Zudaire ha recordado que nadie ha puesto en cuestión la posición de este cuando sucedió todo. Se encontraba en el paseo Sarasate junto con un grupo de personas que no estaban atacando los agentes. Ha afirmado que el relato que realiza la víctima del pelotazo es perfectamente coincidente con el de los testigos y lo que se ve en las imágenes. Asimismo, ha insistido en que por mucho que se reitere que todo fueron salvas, alguna pelota se disparó. La lesión no puede tener otro origen.

La abogada ha insistido en que el empleo de ese material fue imprudente, pues hasta los mismos agentes han reconocido que en una situación así no se pueden disparar proyectiles hacia el grupo de gente donde se encontraba Zudaire. Asimismo, la abogada ha querido dejar constancia del enorme esfuerzo que ha costado llegar, seis años después, hasta este juicio. Sobre todo, por la sucesión de errores en la identificación de los bocacheros que se ven en las imágenes. Ha apuntado como el origen de los fallos al actual inspector al mando de la VI UIP, con número 89.159, que declaró ayer.

El agente acusado se ha vuelto a identificar en las imágenes, pero se ha desdicho de lo que en su día declaró ante el juez. Ha asegurado que en ningún momento lanzó pelotas y que, cuando se le ve disparar directamente contra varios de los presentes, en realidad se trataba de una salva.

En las imágenes de los hechos no solo se escuchan detonaciones de una única escopeta. Son varios los agentes que disparan. De ahí que sea complicado determinar la culpabilidad del número 85.615. Aún con todo, si se reconoce judicialmente que la herida la causó una pelota de goma, como ya nadie cuestiona, Zudaire tendrá la posibilidad de reclamar una responsabilidad civil al Estado por la pérdida de su ojo. De otra forma, era imposible.