El Tribunal Supremo estudia retrasar hasta el 12 de febrero el inicio de la vista oral contra los independentistas catalanes, después de haber anunciado la fecha del próximo 5 de febrero. La sala indicó que aún está perfilando el auto de admisión de las pruebas solicitadas por las defensas en sus escritos, que suman 1.800 folios frente a los 300 de las acusaciones. El Supremo quiere a última hora garantizar un margen de tiempo entre el señalamiento del juicio y su inicio, que permita organizarse a los equipos jurídicos de las defensas, y a la vez, evitar las acusaciones de indefensión que podrían producirse.

De hecho, la defensa del exvicepresident Oriol Junqueras así como la del líder de Omnium, Jordi Cuixart, han advertido por escrito de que se vulneraría su derecho si se señalara de forma inminente el juicio.

El pasado 23 de enero, el presidente del tribunal que les juzgará, Manuel Marchena, informó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de que el Supremo tenía previsto comenzar el juicio «en fechas próximas» al 5 de febrero, con el fin de que pusiera en marcha los trámites para conducir a los reclusos a prisiones de Madrid, que estaba previsto que comenzara en las próximas horas.

La Assemblea Nacional Catalana (ANC) convocó movilizaciones ya desde ayer que llamaron a inundar de lazos y símbolos de color amarillo las carreteras que recorrerán los furgones policiales con los independentistas presos en su camino a las cárceles de Alcalá Meco y Soto del Real. Los nueve líderes independentistas encarcelados recibirán también en su salida el calor del presidente de la Generalitat, Quim Torra, que acudirá a la cárcel de Can Brians.

De cara al juicio, el presidente del Supremo y del Consejo General Poder Judicial, Carlos Lesmes, indicó que será retransmitido de principio a fin y que contará con la presencia de una delegación de representantes del Parlamento de Gasteiz. Sin embargo, no aclaró si el tribunal reservará un espacio determinado en la sala para observadores internacionales, aunque volvió a negar su necesidad. «El juicio es público, harán falta observadores cuando exista una cierta opacidad o cuando haya determinadas dudas, pero el desarrollo del proceso se va a hacer a la vista desde el principio hasta el final», afirmó Lesmes.