Iratxe Sorzabal y David Pla representaron a partir de 2010 a ETA en las conversaciones para la resolución. Hoy se han sentado en el banquillo de los acusados en el Tribunal Correccional de París y han aprovechado la cita para esgrimir en sede judicial los pormenores del proceso que culminó con la desaparición de ETA.
Medio centenar de familiares y amigos y amigas de los procesados se han acercado a la capital francesa para mostrar su apoyo y solidaridad. Entre ellos Grazi Etxebehere, recientemente condenada por otra operación similar contra el desarme de ETA ejecutada en julio de 2015. También han acudido a París Julen Arzuaga (EH Bildu) y Xabi Larralde (EH Bai), quienes han denunciado el «ánimo de revancha y venganza» del Estado francés y han puesto en valor que Sorzabal y Pla lideraron el proceso que ha finalizado con la desaparición de ETA.
Julen Arzuaga: «David Plak eta Iratxe Sorzabalek gidatu zuten prozesu hori [ETAren amaiera] estatuen oztopoen gainetik» pic.twitter.com/idCHsXnXje
— Ion T. Barrena (@iontelleria) 2019(e)ko otsailaren 4(a)
Los dos exmilitantes de ETA hoy juzgados fueron detenidos en setiembre de 2015 en Baigorri. Junto a ellos fueron arrestados Pantxo Flores y Ramuntxo Sagarzazu, pero la causa contra ellos ha sido archivada en razón del contexto político. David Pla ha denunciado ante el juez que la paradoja de que acusasen a Sagarzazu de «reunirse con nosotros cuando hemos tenido reuniones con muchísimos agentes».
Pla ha explicado los pasos previos a Aiete, los compromisos adoptados con la Comisión Internacional de Verificación, el visto bueno, en primer término, del Gobierno español, el conocimiento directo del proceso que tuvo el Ejecutivo francés, la amplia interlocución mantenida por ETA con diversos agentes para avanzar... «Nosotros hemos trabajado con la esperanza de que pudiéramos construir un proceso de paz», ha sentenciado Pla.
El iruindarra ha explicado al tribunal dos acercamientos directos mantenidos con los gobiernos español y francés a finales de 2012. Sobre París, Pla ha dicho que «reconocieron la seriedad de la propuesta» pero la respuesta fue negativa. Similar fue el resultado con la interlocución abierta por el Gobierno español.
Los dos exmilitantes de ETA han explicado al Tribunal que tras esos bloqueos decidieron que «por lo menos en los aspectos que nosotros podíamos debíamos hacerlo, debíamos avanzar en lo que estaba en nuestra mano». Es por eso, ha detallado Pla, que «se decide empezar el desarme de la mano de la comunidad internacional y la sociedad civil vasca».
El presidente de la sala ha tomado como referencia la entrevista que Pla ofreció a GARA tres meses después de su detención en varias ocasiones. En una de ellas, le ha preguntado sobre una de las respuestas en la que Pla confirmaba que se mantenía en el grupo de interlocución designado por ETA. Le ha preguntado sobre el porqué, Pla ha respondido que era importante transmitir que ETA mantenía los compromisos adoptados ante los agentes internacionales.
Pla y Sorzabal responden a todas las partes
Ni Sorzabal ni Pla han querido entrar en temas técnicos o referidos a los delitos concretos que les acusan; tenencia de armas, documentación falsa... Por ello, los primeros compases de la sesión han tenido un marcado carácter político.
El juez ha insistido a Pla sobre la procedencia y la propiedad del arma que le encontraron durante su detención, el iruindarra le ha respondido que «lo importante no es de quién eran esas armas, sino que esas armas ya no tenían el sentido que pudieron tener en épocas anteriores, había un compromiso concreto de que no se iban a utilizar nunca más».
Tanto Pla como Sorzabal han respondido a las preguntas de todas las partes; jueces, defensa y acusación ejercida por la Fiscalía. Este último ha preguntado de manera insistente a Sorzabal sobre su posición acerca de «los asesinatos y atentados cometidos por ETA». Sorzabal ha sido contundente, «como militante de ETA asumo todas las acciones. Nos hubiera gustado no tener que utilizar nunca la fuerza y sentimos el mal causado». El fiscal le ha interrumpido para insistir, «¿todo?», Sorzabal ha cerrado el tema con un «sí, asumo todo el daño causado y lo asumo por la totalidad de las víctimas, tal como ETA lo hizo de manera pública».
El presidente del tribunal ha tirado, también, de informes españoles en su interrogatorio a Iratxe Sorzabal. Visiblemente enfadada, Sorzabal le ha recordado que las declaraciones obtenidas por la Guardia Civil fueron realizadas bajo tortura. La abogada defensora, Xantiana Cachenaut, ha tomado la palabra para recordar que su caso ha sido analizado en base al Protocolo de Estambul, añadido también a esta causa.
Superación «objetiva» del conflicto
Tras el interrogatorio a los acusados hoy han podido hablar dos testigos de la defensa. Ambos han aportado datos y vivencias sobre el contexto actual del país y el recorrido para llegar a él. Anne-Marie Borde, periodista jubilada de larga trayectoria, ha tratado de transmitir lo que ha supuesto el conflicto en Euskal Herria y la razón por la que se implicó en su resolución, «si el proceso ha llegado a donde está ahora es gracias a la implicación de la sociedad civil». Preguntada por la defensa, Borde ha detallado cómo se llevó a cabo el proceso de desarme de ETA, en abril de 2017.
El segundo testimonio ha sido el del profesor Jean Pierre Massias. Tras una primera intervención en la que ha detallado los condicionantes y el contexto del conflicto, ha relatado las diferentes tentativas de resolución. Centrado en la última década, ha destacado que «durante diez años, la actividad principal de ETA ha sido la de superar el conflicto». Massias también se ha referido al informe sobre la tortura realizado bajo la dirección de Pacto Etxeberria. Al término de su alocución ha dicho que «más allá de la evaluación subjetiva del fin del conflicto, es necesario abordar esta pregunta de manera objetiva, cómo construir nuestra sociedad sin dejar atrás ninguno de los sufrimientos».
La sesión se reanuda este martes a las 13.30.