Ion T. BARRENA
parís

Sorzabal y Pla relatan en sede judicial el proceso del final de ETA

Hoy a las 13.30 se reanuda el juicio contra Iratxe Sorzabal y David Pla en París. Ambos conformaron la delegación de ETA para la resolución desde 2010 hasta su detención en Baigorri en 2015. La primera sesión sirvió para llevar al Correccional francés el testimonio en primera persona del proceso del final de ETA.

Iratxe Sorzabal y David Pla representaron a partir de 2010 a ETA en las conversaciones para la resolución. Ahora se sientan en el banquillo de los acusados en el Tribunal Correccional de París y aprovecharon la ocasión para detallar en sede judicial los pormenores del proceso que culminó con el fin de ETA.

Los dos militantes de la organización ya desaparecida fueron detenidos en setiembre de 2015 en Baigorri. Junto a ellos arrestaron también a Pantxo Flores y Ramuntxo Sagarzazu, pero la causa contra estos ha sido archivada al considerar el tribunal que hablar con ETA sobre la resolución no es delito. David Pla denunció en la primera sesión del juicio la paradoja de que acusasen a Sagarzazu de «reunirse con nosotros cuando hemos tenido encuentros similares con muchísimos agentes».

Las preguntas del juez dieron pie a Pla para explicar los pasos previos a Aiete, los compromisos adoptados con la Comisión Internacional de Verificación, el visto bueno en primer término del Gobierno español, el conocimiento directo del proceso que tuvo el Ejecutivo francés y la amplia interlocución mantenida por ETA con diversos agentes. «Nosotros hemos trabajado con la esperanza de construir un proceso de paz», sentenció.

Tras explicar sendos contactos directos mantenidos con París y Madrid y el posterior bloqueo, Pla y Sorzabal detallaron que la decisión de ETA tras las negativas estatales fue «avanzar por lo menos en lo que estaba en nuestra mano». Es por eso, dijo Pla, que «se decide empezar el desarme de la mano de la comunidad internacional y la sociedad civil vasca».

El presidente del tribunal se refirió en varias ocasiones a la entrevista que Pla ofreció a GARA poco después de su detención. Le preguntó, por ejemplo, sobre la confirmación de que se mantenía en el grupo de interlocución designado por ETA. «¿Por qué?», le preguntó el juez. «Porque era importante transmitir que ETA mantenía los compromisos adoptados ante los agentes internacionales», aclaró Pla.

Responden a todas las partes

Tanto los jueces como el fiscal trataron de llevar el interrogatorio a temas más concretos o técnicos; cuántos conformaban la delegación de ETA, de dónde lograron los documentos falsos, las armas... Pero Sorzabal y Pla se negaron a responder a ese tipo de cuestiones y dirigieron siempre su intervención a explicar el contexto político.

Como muestra de ello, el presidente de la sala insistió a Pla sobre la procedencia del arma que portaba en el momento de su detención. El iruindarra le respondió que «lo importante no es de quién eran, sino que esas armas ya no tenían el sentido que pudieron tener en épocas anteriores, había un compromiso concreto de que no se iban a utilizar nunca más».

Tanto Pla como Sorzabal respondieron, algo inusual, a las preguntas de todas las partes; jueces, defensa y la acusación ejercida por la Fiscalía. Este último interpeló de manera insistente a Sorzabal sobre su posición acerca de «los asesinatos y atentados cometidos por ETA». Sorzabal fue contundente: «Como militante de ETA asumo todas las acciones. Nos hubiera gustado no tener que utilizar nunca la fuerza y sentimos el mal causado». El fiscal le interrumpió para insistir, «¿todo?», y Sorzabal cerró el tema con un «sí, asumo todo el daño causado y lo asumo por la totalidad de las víctimas, tal como ETA lo hizo de manera pública».

El momento más tenso se vivió, quizás, cuando el presidente del tribunal hizo uso de informes españoles en su interrogatorio a Iratxe Sorzabal. Visiblemente enfadada, la presa irundarra le recordó que las declaraciones obtenidas por la Guardia Civil fueron realizadas bajo tortura. La abogada defensora, Xantiana Cachenaut, tomó la palabra para subrayar que su caso ha sido analizado en base al Protocolo de Estambul, informe añadido a la causa.  

Superación «objetiva»

Tras el interrogatorio a los acusados ofrecieron su testimonio los primeros testigos de la defensa. Anne-Marie Borde, periodista jubilada de larga trayectoria, trató de transmitir lo que ha supuesto el conflicto en Euskal Herria y la razón por la que se implicó en su resolución, remarcando que «si el proceso ha llegado adonde está ahora es gracias a la implicación de la sociedad civil». Preguntada por la defensa, Borde detalló cómo se llevó a cabo el desarme de ETA que culminó en abril de 2017. 

El segundo testimonio corrió a cargo del profesor Jean Pierre Massias. Tras una primera intervención en la que esgrimió los condicionantes y el contexto del conflicto en Euskal Herria, enumeró las diferentes tentativas de resolución. Centrándose en la última década, destacó que «durante los últimos diez años, la actividad principal de ETA ha sido la de superar el conflicto». Massias también se refirió al informe sobre la tortura realizado bajo la dirección de Pacto Etxeberria. Al término de su alocución dijo que «más allá de la evaluación subjetiva del fin del conflicto, es necesario abordar esta pregunta de manera objetiva; cómo construir nuestra sociedad sin dejar atrás ninguno de los sufrimientos».

La sesión se reanuda este martes a las 13.30.

 

EH Bildu y EH Bai: «Lideraron el proceso, los estados buscan revancha y venganza»

Xabi Larralde, en nombre de EH Bai, y el parlamentario Julen Arzuaga en el de EH Bildu acudieron al inicio del juicio en París. En una breve declaración realizada en euskara, castellano y francés, destacaron que Pla y Sorzabal «lideraron el proceso que llevó a ETA de ser una organización armada a desarmarse primero y desaparecer después». Añadieron que tanto la sociedad vasca como los facilitadores internacionales solicitaron «un proceso verificable, ordenado y definitivo» y que si algo demostraron los ahora juzgados es que «así lo hicieron». Denunciaron, a su vez, que «los estados mantienen una actitud represiva» y que se guían por «un afán de venganza y revancha». Censuraron que esto «no ayuda al proceso de paz y convivencia que se debe desarrollar en Euskal Herria».

Entre el público también estuvieron Anaiz Funosas, de Bake Bidea, y la recientemente juzgada por la redada de Ortzaitze Grazi Etxebehere. Además, unas 50 personas llegadas de Iruñea e Irun acompañaron a los familiares de los procesados.I. T.