«Las preguntas del Ministerio Fiscal y Abogacía del Estado al Sr. Jordi Sànchez han sido especialmente preocupantes. En ellas se confunde la comunicación de las manifestaciones y/o concentraciones con una supuesta autorización o permiso (que no es constitucional), y se criminaliza la convocatoria y participación en manifestaciones masivas». Es uno de los puntos destacados de la valoración del International Trial Watch sobre las tres sesiones de la semana pasada en el juicio al independentismo catalán.
Cada semana, el ITW desplaza a un grupo de expertos internacionales a Madrid para observar el juicio, los cuales, además de recabar datos concretos sobre el juicio para un posterior informe pormenorizado, realizan una breve valoración de las sesiones a las que han acudido. Cada lunes publican la valoración de la semana anterior.
Así, hoy hemos conocido la valoración de John Philpot (pionero en Derecho Penal Internacional), Paul Newman (orador habitual en el Comité de Derechos Humanos de la ONU), Bill Bowring (de la European Association Lawyers for Democracy & World Human Rights) y Joaquín Urías (exletrado del Tribunal Constitucional), que la semana pasada presenciaron en directo el juicio. Lo hicieron, eso sí, como ciudadanos de a pie, dado que «el Tribunal Supremo no ha reservado plaza para realizar la observación», como se recoge en el comunicado. Algo que les obliga a guardar cola durante horas y a entregar sus dispositivos electrónicos antes de acceder a la sala.
Los observadores valoran positivamente que el tribunal permita que los acusados puedan sentarse junto a las defensas y que no haya limitado el tiempo de los interrogatorios, pero advierten sobre una serie de puntos que encuentran preocupantes.
Destaca sobre todo el interrogatorio a Sànchez, en el que consideran que «las acusaciones están invirtiendo el orden interpretativo constitucionalmente exigible cuando hay derechos fundamentales en juego», pero también subrayan las «imprecisiones» y las preguntas «que podrían ser sugestivas y/o capciosas», especialmente con el exconseller Josep Rull y la exconsellera Dolors Bassa.
Los observadores también han denunciado que el pasado miércoles los presos estuvieron en el Supremo desde las 8.00 hasta las 22.30, lo que significa que llegaron a la cárcel hacia medianoche, «cuando ya no hay cena caliente ni tampoco posibilidad de ducharse». Y al día siguiente tuvieron que levantarse a las 6.00.
Los miembros del ITW han apuntado como deficiencias, asimismo, que «las partes no conocen el calendario completo del juicio» y que «no se ha habilitado un sistema de traducción simultánea del catalán, solo consecutiva».