Aritz INTXUSTA
GARES

Aparece otra víctima del padre Basilio en el internado de Gares

Tras recabar el testimonio de «Guillermo», nombre falso de un exalumno del internado de los Padres Reparadores de Gares, la Cadena Ser emitió ayer un nuevo testimonio de abusos del mismo religioso en ese centro. El responsable del colegio no ha querido hacer ninguna declaración. Mientras, en el Arzobispado dicen no tener nada que ver con el asunto. No les consta que Guillermo acudiera a ellos para contar su historia, pero tampoco lo desmienten.

Una nueva voz relata los abusos a niños por parte del padre Basilio Senosiain en el internado de los Padres Reparadores de Gares. «Eras un chavalillo (...). Te metía en su cama, cogía tu mano y la ponía en sus partes y al revés», narro ayer Fermín a los micrófonos de la Cadena Ser.

Senosiain estaba al cargo de la enfermería del citado centro. Según este nuevo testimonio, los abusos eran conocidos entre el alumnado del centro. Al principio, todos los alumnos se los tragaron, pero acabaron hablando entre ellos. El religioso se vio acorralado y acabó haciendo regalos o aprobando a sus víctimas por miedo a que le delataran. Fermín cree recordar que, además de ejercer de enfermero, también impartía clases de «dibujo o pintura».

No obstante, esta persona subrayó que los niños nunca se lo dijeron a otros religiosos del centro. Fue por miedo. «Allá todo lo solucionaban a palos», afirmó. En concreto, Fermín apuntó como autor de maltratos físicos al propio responsable del centro. «No podíamos decir nada al padre Urbina, porque ese lo solucionaba todo a base de tortazos y palos».

Este centro de Gares hizo las veces de reformatorio durante muchos años. Y esto generó indefensión. Los menores tenían miedo de que sus padres no les creyeran. Fermín no concretó el año en el que fue víctima de los abusos de este religioso, ni tampoco a qué edad. Según su relato, sufre traumas menores, como impedimentos a la hora de tocar ciertos instrumentos. Pero nada tan grave como Guillermo, el primer testimonio.

Guillermo concretó que fue víctima de abusos a los 12 años. Ocurrió en el año 1975. Él sí acabó roto. Dice que el padre Basilio (ya fallecido) le robó parte de su niñez. Y lo peor es que también abusó de su hermano. Guillermo se enteró en la nota de suicidio que su hermano le dejó. A diferencia de lo que cuenta Fermín, Guillermo y su hermano jamás hablaron del tema. Buena parte de su familia no lo conocía hasta esta semana. Esta víctima no acabó en Gares por ser «guerrero», sino por necesidad. Eran siete huérfanos y su madre no daba abasto para sacarlos adelante, por eso los llevó con los Padres Reparadores.

El mutismo y la ignorancia

Este medio se puso en contacto ayer con el centro. El actual superior de la comunidad, Juan María López, aseguró que no van a hacer comentarios sobre el caso. Lleva un año al frente del centro y es su segundo año destinado en Gares.

En el Arzobispado no asumen ninguna responsabilidad, dicen que es cosa del «provincial» de esa comunidad de religiosos y que ellos responden por los curas. Su portavoz, José Luis Morrás, dijo que tampoco tiene conocimiento de que Guillermo acudiera al Arzobispado a contar su historia. «Desde luego, conmigo no estuvo», sostuvo el sacerdote, sin descartar que –tal y como contó a víctima– se hubiera producido una reunión entre Guillermo y un representante del arzobispo.

Según el relato en la Cadena Ser, Guillermo contó a este representante la existencia de la carta de suicidio relatando abusos que le legó su hermano. Y este le respondió que tenían un «cajón» donde se introducían estas cartas y «no volvían a salir jamás». Morrás apuntó que quizá se refiera al «archivo secreto», que sí es real, pero que solo se usa «para cosas buenas».

 

La frase

«Me levanté y me fui de la habitación.

Eran otros tiempos. Los que estábamos ahí tampoco éramos buenos estudiantes. Más bien, un poco guerreros. Todo lo solucionaban a palos»

Fermín

Exalumno de los Padres Reparadores