Desde 2011 Etxerat había incorporado a su línea de trabajo el compromiso con la convivencia y la resolución, y hoy en el Palacio Miramar de Donostia ha dado un paso importante más en ese trayecto con una declaración que reconoce y empatiza con el dolor de las víctimas de todas las violencias. Lo expone así: «Expresamos nuestras más sinceras disculpas por que, sin ser conscientes de ello, hayamos podido, con nuestra distancia, contribuir más al dolor que deben afrontar las víctimas de ETA por la pena de haber perdido a su familiar de manera violenta».
La declaración ha cobrado más fuerza aún por dos familiares que la han leído: Ibon Garate perdió a su hermano Rubén en un accidente derivado de la política de alejamiento y Peru del Hoyo es hijo de Kepa del Hoyo, fallecido en prisión en un caso palpable de desatención sanitaria. Ambos han participado en los últimos meses en conversaciones públicas con víctimas de ETA: Rosa Lluch en el caso de Garate y María Jauregui en el de Del Hoyo.
El texto comienza aludiendo a que «muchas víctimas de ETA están dando un paso adelante, posicionándose públicamente por una nueva política penitenciaria dejando atrás la actual (…) Queremos agradecerles sinceramente su empatía hacia nuestro sufrimiento y que lo hayan hecho desde la generosidad, sin esperar nada a cambio. También nosotras y nosotros queremos aportar en ese reconocimiento mutuo. Lo hacemos de manera sincera, movidos por el compromiso por la paz y la convivencia».
Etxerat admite que la situación que han padecido y aún padecen los familiares durante mucho tiempo «nos ha llevado a autoprotegernos, a mantener silencio ante el dolor de los demás. A no ser capaces de acercarnos, ni de manifestar empatía». Y ahí ubica su petición de disculpas «a todas las víctimas, independientemente del origen de la violencia: a las víctimas de ETA, de los Comandos Autónomos, del terrorismo de Estado, a las víctimas de actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español, a las víctimas de torturas, les tendemos hoy la mano».
«No podemos ni queremos olvidar a las 16 familias que han perdido un familiar en accidente de tráfico a causa de la dispersión, ni a las 31 familias que han perdido un ser querido víctima de la política penitenciaria, pérdidas que nos han causado un profundo dolor y que se podrían haber evitado con una aplicación de la política penitenciaria ajustada a derecho. Sin pretenden establecer equidistancia entre sufrimientos, queremos transmitir hoy que conocemos el sufrimiento en carne propia y ello nos hace reconocer el vuestro», añade Etxerat.
Mirando a futuro, reitera Etxerat la voluntad de «tender puentes» y de que «afloren los diferentes relatos en el camino hacia ese relato poliédrico que nos acerque, y sane y cierre las heridas».