Desde la salida del túnel del Antiguo hasta el inicio de la calle San Martín se ha extendido la manifestación en su primera larga media hora. Previamente, al punto de encuentro, donde ya se concentraban miles de personas, habían llegado las columnas que, una hora antes, habían salido de Egia y de Gros. También en Altza y Amara Berri, al igual que en el Antiguo, se han realizado actividades de todo tipo para «despertar» a los barrios y animar a la gente a participar en esta jornada de lucha.
Miles y miles de mujeres, muchos menos hombres, de todas las edades han formado esta multitudinaria comitiva, saludada desde los jardines de Miramar por bengalas de colores, que caminaba detrás de la pancarta suscrita por el Movimiento Feminista de Euskal Herria y que recogía el lema principal de esta jornada: «Heteropatriarkatu kapitalistari Planto!».
También se han coreado lemas más ‘locales’, como «Munilla, deabrua zure bila», dirigido al siempre polémico obispo de la diócesis guipuzcoana. Todo ello en un ambiente festivo, aunque no se ha olvidado que «el machismo nos mata», que la precariedad tiene rostro femenino o que la brecha salarial no ha desparecido del mundo real digan lo que digan los decretos gubernamentales.
La nutrida movilización ha concluido ante el Kiosko del Boulevard, el mismo punto en el que, apenas ocho horas antes, muchas de estas manifestantes habían iniciado un programa reivindicativo que continuó con la comida autogestionada en la plaza de la Constitución y en otros puntos de la ciudad, donde también se organizaron talleres para realizar los carteles que se alzaron durante la manifestación.