Nafarroa se había convertido en las últimas semanas un territorio donde las reglas del juego político cambiaban, eran distintas a las del resto del Estado. Nafarroa es el lugar en el que Pablo Casado y Albert Rivera cambian de estrategia y prueban suerte con UPN dentro del experimento Navarra Suma. Pero ayer, Pedro Sánchez la trató como a un territorio más. El grueso de su discurso pudo haberlo ofrecido en Madrid o en Albacete, cambiando los nombres de los candidatos. Solo hubo un único guiño –repetido antes por María Chivite y Santos Cerdán (verdadero hombre fuerte del partido en Nafarroa) –, el PSOE intenta venderse como el único partido «que defiende la foralidad» (entendida esta como que el estatus navarro siga tal cual).
Si bien parecía mucho pedir que Sánchez se mojara sobre la decisión que tomará el PSN en caso de volver a ser partido bisagra, al menos sí que se esperaba que desarrollara algo de la noticia del día: la fecha de la exhumación de Francisco Franco.
El Consejo de Ministros había adelantado por la mañana que sacará al dictador del Valle de los Caídos el 10 de junio por la mañana. Si cumple, será un día histórico. Los restos se inhumarán en un panteón en Mingorrubio, en el Pardo, donde se enterró a su mujer.
La omisión de Sánchez resultó difícil de entender, como no sea por miedo a que le lleven ante la Junta Electoral por vanagloriarse de la acción de su Gobierno en periodo preelectoral. Para los presentes, supuso un bajón. Fue la medida que más aplausos arrancó en el público cuando todos los demás tocaron el tema.
Abrió la cita del Arena Maite Esporrín, candidata por Iruñea, que se vino tan arriba con la exhumación de Franco que acabó su discurso levantando el puño. Sus primeras palabras, por contra, fueron para urgir a que las obras del TAV vayan más rápido.
El favorito
Sí que dejó entrever Sánchez que su hombre de confianza en Nafarroa es Santos Cerdán. «Santi» –como llama al cabeza de lista al Congreso– se escuchó muchas más veces que «María», la líder formal del partido y aspirante a presidir Nafarroa.
Esto tiene su peso, pues el discurso de Cerdán sí que sonó un poco diferente. Criticó a EH Bildu, pero sobre todo por haber votado en contra de los presupuestos. El candidato aseguró que la coalición Navarra Suma era «más excluyente» que «los nacionalistas». Y añadió que esta plataforma de UPN, PP y Ciudadanos no es otra cosa que «la foto de Colón». Y remató alegando que, si Vox no se presenta a las forales, será porque también está en Navarra Suma.
Poco más clarificó el PSOE sus preferencias postelectorales. Ayer insistían en que van a ganar ellos. «No pensamos ceder nuestros votos a nadie», aseguró Chivite. Ciertamente, ella no se allanó ningún camino para el entendimiento con la derecha. Les llamó de todo: misóginos, xenófobos, ultras, homófobos... Ahora bien, contra el cuatripartito lanzó otro tanto. Y así como el discurso de Cerdán tenía algo que sonaba a nuevo, el de Chivite parecía el de siempre.