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Detenido por un incendio en el que murió un hombre cuando intentaba quemar a su expareja

Un varón de 49 años ha sido detenido en Bergara acusado de provocar el incendio registrado en una fábrica abandonada de Donostia el pasado 1 de marzo, en el que falleció un hombre de la misma edad. Al parecer el arrestado trataba de vengarse de su expareja, pero la mujer no estaba en el edificio en ese momento.

El edificio donde se produjo el incendio, en la degradada zona conocida como Infierno. (Andoni CANELLADA / FOKU)
El edificio donde se produjo el incendio, en la degradada zona conocida como Infierno. (Andoni CANELLADA / FOKU)

El Departamento de Seguridad ha informado de que la investigación apunta a que el móvil del arrestado fue la venganza contra su expareja sentimental, una mujer con la que un tiempo atrás habría residido en dicho edificio y sobre la que tenía una orden judicial de alejamiento.

Si embargo, en el momento de los hechos, ocurridos a las cinco y media de la madrugada, la mujer no se encontraba en el inmueble abandonado, donde pernoctaban tres varones: el fallecido, que dormía en la zona más alta y cuyo cuerpo quedó calcinado, y otros dos, que fueron evacuados al Hospital Donostia con heridas y quemaduras de diversa consideración.

La detención se produjo el pasado jueves por la mañana, cuando abandonaba su domicilio en Bergara, y el viernes fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 3 de Donostia, cuyo titular ordenó su ingreso en la prisión donostiarra de Martutene como presunto autor de los delitos de incendio, asesinato y lesiones.

Tras el siniestro, que tuvo lugar en la calle Zubiberri Bidea, en una zona conocida como Infierno, los indicios apuntaban a que el fuego había sido provocado.

Durante las últimas semanas, la Ertzaintza ha reconstruido los movimientos del sospechoso por diferentes puntos de la capital guipuzcoana, desde su llegada a primera hora de la mañana del 28 de febrero a la dársena de la estación de autobuses hasta el momento en que abandonó la ciudad en un tren, minutos después del inicio del incendio.

También determinó que una tercera persona, que desconocía sus intenciones y a la que había entregado un bidón de cinco litros y diez euros, le compró gasolina en un surtidor de la ciudad.

Los informes químicos practicados por la Policía Científica de la Ertzaintza revelaron la existencia de gasolina en diferentes evidencias recogidas en la inspección ocular practicada en el lugar del suceso.

El cuerpo del fallecido, víctima colateral de un crimen machista, fue encontrado por los Bomberos que trabajaban en la extinción de este incendio, de grandes dimensiones, que destruyó el edificio en el que solían dormir personas sin recursos.