Tras cerca de una semana de travesía por el Mediterráneo, el buque de la asociación Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) ha llegado a su primera escala en Quíos, lo que sus portavoces consideran un hecho importante. El barco pesquero reconvertido zarpó el martes pasado de Palma después de que la Autoridad Marítima española les otorgase el permiso definitivo.
Lesbos será su segunda escala en esta última misión. La asociación dispone desde 2015 de un equipo sanitario en Quíos que atiende a las personas refugiadas, cuyos componentes se han encontrado hoy con la tripulación del Aita Mari. Sus relaciones con las autoridades griegas son «buenas», por lo que aventuran que no se encontrarán con las trabas que les ha impuesto el Ejecutivo español durante tres meses. Cuestiones de índole bucocrático han impedido al Aita Mari dedicarse al salvamento humanitario en aguas del Mediterráneo.
Su plan es continuar hasta Lesbos, donde descargarán el resto de las medicinas, ropa y otros materiales que transportan. En ese destino, los sanitarios pretenden llevar adelante tratamientos higiénico-bucales a toda persona desplazada que lo necesite.
En esa isla del mar Egeo, próxima a la costa turca, la tripulación pretende dedicar dos días a realizar algunas reparaciones antes de descansar después de dos meses embarcados. Su intención es poder llevar a cabo labores de rescate si las autoridades griegas se lo permiten. Reconocen que sus relaciones son «buenas» a raíz de la colaboración que mantiene su equipo sanitario desde hace cuatro años con los responsables gubernamentales, por lo que insisten en que son «optimistas».
Guerra en Libia
Preocupa, así lo confiesan, el recrudecimiento de las hostilidades en Libia que ha repercutido en un desplazamiento «caótico» de personas refugiadas en esa isla griega. Las consecuencias de esos episodios bélicos, apuntan, pueden provocar que las autoridades griegas modifiquen su modo de actuar. Confiesan que es «impredecible» cómo pueden actuar y no se atreven a aventurarlo.
Su objetivo, añaden, sería poder rescatar a personas en el Mediterráneo central pero ello depende de cómo evolucione el conflicto en Libia, algo que les preocupa viendo la ofensiva sobre Tripoli de las tropas al mando del mariscal Jalifa Hafter, jefe del llamado Ejército Nacional Libio (LNA). Las hostilidades entre Trípoli y Tobruk no ayuden a gestionar la migración forzada de miles de personas.
El cerco que Hafter mantiene desde el pasado 4 de abril sobre el sur de la capital preocupa mucho a los componentes de la asociación Salvamento Marítimo Humanitario (SMH). Crece el número de muertos y heridos, así como el número de personas desplazadas, lo que ha llevado al Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y a otras organizaciones a reclamar hace días que se evacúe a los afectados por la escalada de los combates.
Algunas de las embarcaciones libias, aseguran, han sido artilladas, algo que preocupa mucho a los portavoces de SMH, empeñados en socorrer a quienes se lanzan al Mediterráneo para huir de la guerra.