La investigación, ha informado la Jefatura Superior de la Policía española, se inició a finales del año pasado tras presentarse una denuncia en la que la víctima indicaba que personas desconocidas habían accedido a su negocio y, tras provocar diversos daños y sustraer una cámara de seguridad, habían fracturado el cajetín de la caja registradora y se habían llevado el dinero.
Los hechos se repitieron en los meses siguientes, hasta que la Policía española vinculó los robos a unos mismos autores gracias a las gestiones practicadas y la tecnología de reconocimiento.
Una vez identificados los sospechosos, residentes ambos en Nafarroa, se estableció un dispositivo para su localización y detención.
Tras los arrestos, los agentes llevaron a cabo un registro en el domicilio de uno de los detenidos en Iruñea, donde se localizaron gran cantidad de monedas, útiles y herramientas que fueron incluidas en la investigación.