El artículo 32 de la Ley de espectáculos públicos y actividades recreativas, en su apartado 2, recoge «el horario general de cierre de los establecimientos y lugares donde se vayan a celebrar espectáculos y actividades recreativas».

Así, los recintos del Grupo I tendrán que bajar las persiana a las 23.00. Entre ellos se incluyen los cines, teatros y otros espectáculos al aire libre o las atracciones recreativas o recintos deportivos al aire libre, por ejemplo los campos de fútbol. La normativa contempla luego diferentes excepciones y extensiones en fines de semana, vísperas de festivo, verano o por permiso discreccional de cada ayuntamiento.  

El Grupo II contempla otros espacios abiertos al público, como salas de conciertos, circos, el resto  de establecimientos culturales, artísticos o deportivos, recintos de ferias y verbenas populares… Todos ellos tendrán que cerrar a la 1.00, como normativa general. Y en este conjunto se añaden además espacios de uso privado como los txokos y sociedades gastronómicas, o las lonjas juveniles.

EH Bildu se ha referido a estos últimos. En una nota, el parlamentario Josu Estarrona ha subrayado que la medida «no tiene ni pies ni cabeza» y «crea un grave problema donde no había ninguno», por lo que ha registrado en el Parlamento de Gasteiz una proposición no de ley para solicitar que se «levante la prohibición horaria».

Estarrona ha indicado que la limitación para usar estos espacios a partir de la una de la madrugada «supone un grave perjuicio para las decenas de miles de personas asiduas a esos locales, ya que, de incumplir ese horario, se arriesgan a recibir multas y denuncias administrativas».

Más de 1.500 sociedades

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa hay más de 1.500 sociedades gastronómicas y, según los datos del Observatorio de la Juventud, son más de 62.000 las y los jóvenes que se reúnen en lonjas en su tiempo libre.  

El parlamentario de EH Bildu ha apuntado que el Ararteko ha definido las lonjas juveniles como «un fenómeno que ha resultado positivo y pacífico en la mayoría de los casos y que, en comparación con bares y discotecas, la intervención de la Administración para el control de esta actividad ha resultado limitada».

Por ello, ha considerado que el Gobierno de Gasteiz «está creando un problema donde no había ninguno» y ha defendido que «no se puede aplicar una medida general en perjuicio de la mayoría por unos pocos casos aislados», por lo que ha apelado al diálogo a fin de «conciliar los diferentes intereses y garantizando en todo caso el descanso y la seguridad debidos a toda persona».