Martxelo DÍAZ
IRUÑEA

Contigo no, bicho

En los últimos tiempos se ha extendido en Nafarroa la fea costumbre de negar entrevistas a algunos medios de comunicación. Una costumbre que no es nueva pero que no deja de ser muy fea y que revela una concepción preocupante de la libertad de expresión.

Martxelo_Diaz_aurpegia
Martxelo_Diaz_aurpegia

Al menos GARA-NAIZ, NAIZ IRRATIA, “Berria”, “Diario de Noticias” y Euskalerria Irratia han (hemos) sufrido la exclusión, en forma de negarnos entrevistas, por parte de UPN. Y también por parte de PSN. Para algunos, realmente, esta situación no es nueva, ya que  hemos sufrido vetos históricamente. Lo que debería de ser una anomalía que va corrigiéndose, lamentablemente, se está convirtiendo en una práctica que se extiende a otros medios. En el fondo, está la idea de querer controlar lo que publican los medios sobre los partidos.

Mucho han hablado los medios de la prohibición por parte de Vox de acudir a sus mítines a algunos periodistas porque no les gustó lo que publicaron. En Nafarroa ese intento de censura ha tomado forma de negar entrevistas. Francamente, es difícil que algún lector de NAIZ decida votar a Sergio Sayas tras leer la entrevista que le solicitamos. Aunque cosas más raras se han visto. Puede que el candidato tenga más que perder que que ganar con esa entrevista, pero negarse a atender un medio supone un ataque a la libertad de expresión y una pérdida de calidad democrática. Más aún cuando para intentar justificar el veto no se tiene mejor idea que decir que tal medio tergiversa siempre sus declaraciones. Igual hubiera sido mejor asumir que el señor diputado no se expresó bien.

Nos consta que hay candidatos que sí tenían disposición a someterse a las preguntas, seguramente incómodas, que los periodistas de estos medios les íbamos a hacer. Es algo que les honra. De momento, nos reservaremos sus nombres. Nos consta que el veto en estos casos ha venido de los aparatos de comunicación de los partidos. De esos aparatos de comunicación que en muchos casos no han sido capaces siquiera de responder a las insistentes llamadas que hemos realizado y a los numerosos mensajes que les hemos enviado en estos comicios y en las de abril. En otros casos, se han limitado a enviar un correo con la frase «no nos interesa». Encima son cobardes. Como dice una compañera, «una llamada no cuesta nada». Algunos sí que han hecho esa llamada. Se agradece que al menos den la cara. Esperemos que no dejen de enviarnos los correos de sus convocatorias y actos. Sería demasiado. Incluso para ellos.