Tras encajar nueve derrotas en sus enfrentamientos previos, en los que apenas había sido capaz de marcar un par de goles, ambos en el Camp Nou, el Eibar ha sumado su primer punto frente al Barcelona. Y no ha sido el regalo de un rival repleto de meritorios, como se había especulado en los días previos teniendo en cuenta que ambos equipos tenían la temporada finiquitada. Tal y como había anunciado Ernesto Valverde la víspera, hoy ha salido con todo lo que tenía, en una suerte de ensayo para la final de Copa que disputará el próximo sábado con el Valencia. Incluyendo a un Leo Messi que ha vuelto a resultar decisivo, como siempre en general y ante los armeros en particular (15 goles les ha marcado en nueve partidos), pero por una vez no tanto como para liquidar a un Eibar que ha sido superior durante varias fases del encuentro.
El Barcelona ha dado un par de sustos en los primeros compases pero al equipo de José Luis Mendilibar se le ha notado pronto que se tomaba con ganas el final de curso. Con ganas y con juego. La implicación defensiva de todo el equipo no ha impedido que los jugadores más talentosos, sobre todo un Orellana que volvía a escorarse a la derecha con la vuelta al dibujo con dos delanteros, hayan empezado a asomarse al área culé con peligro creciente. El premio ha llegado a los veinte minutos, con una acción por la izquierda de Cote, Enrich y Cucurella que el futbolista cedido por el Barcelona ha convertido, con la colaboración de un desafortunado Cillessen, en el 1-0.
Se veían cómodos los locales ante un rival apagado. Pero una vez más ha aparecido Messi para que méritos y sensaciones importaran un carajo. Recién cumplida la media hora aprovechaba un buen pase filtrado de Vidal para batir a Dmitrovic por bajo. Y sólo un minuto después culminaba un contragolpe picando el balón ante la salida del guardameta serbio.
Un dèjá-vu. De la temporada, que se cierra con la sensación de que el Eibar ha ofrecido más de lo que ha recogido. Y por supuesto de sus enfrentamientos con el Barcelona, invariablemente saldados con derrota, más allá de los méritos acumulados por los guipuzcoanos.
Pero esta también ha sido la campaña en la que el equipo de José Luis Mendilibar mejores resultados ha obtenido con los «cocos» –ha puntuado con los siete mejores de la clasificación–. Le faltaba el Barcelona y se lo ha acabado apuntando también. Con un golazo, además. A punto de expirar el primer tiempo, Cillessen ha salido del área para despejar de cabeza un balón largo de Cote y su rechace lo ha cazado de Blasis para soltar una volea imparable y colocar el 2-2 en el marcador.
Un resultado que ya no se movería. Y eso que, pese a que ha bajado el ritmo, también tras el descanso ha habido ocasiones. Las más claras para el Eibar. Pero ni Enrich, ante el que esta vez sí se ha lucido Cillessen, ni Cucurella han acertado.
Ha importado lo justo. Con su objetivo ya en el bolsillo, el punto y la imagen han bastado para poner un gran broche a una gran temporada que el Eibar cierra en la 12ª plaza y con 47 puntos, diez por encima del descenso.
Ahora toca algo de fiesta -en Untzaga por la tarde-noche, con el habitual concierto de celebración esta vez a cargo de Gatibu y Su ta gar y mañana con la tradicional ofrenda floral en Arrate y el cockatil de despedida– y después vacaciones para los jugadores y trabajo para el resto. Sobre todo para la Dirección Deportiva, con la configuración de la próxima plantilla. Las principales incógnitas atañen al futuro de Asier Riesgo e Iván Ramis, en principio sin oferta de renovación, y el de los dos jugadores cedidos por el Barcelona, Marc Cucurella y Marc Cardona, de los que se espera, sobre todo en el caso del lateral, que el club armero ejecute la cláusula de compra. Sí lo hará, al haber logrado la permanencia, con la de Pedro Bigas. Falta, además, por concretar la continuidad de José Luis Mendilibar, podría ser cuestión de horas, y Fran Garagarza, cuyos contratos también expiran el 30 de junio.