Hace cuatro años el PP ganó las elecciones a la alcaldía de Gasteiz y en Araba fue también el partido más votado, aunque el PNV logró un juntero más en el reparto por circunscripciones. Con anterioridad había gobernado en el territorio y también en la capital. Ahora, el PP es la cuarta fuerza tanto en el Ayuntamiento como en las JJGG. Y ese es su mejor resultado en la CAV, porque el partido de Pablo Casado está ya prácticamente desaparecido en Gipuzkoa, donde tiene apenas cuatro concejales (3 en Donostia y 1 en Irun), y boquea en Bizkaia (con 15 concejales y 2 junteros)

En este contexto, Nafarroa se convierte en Hego Euskal Herria en el único refugio de la derecha español, aunque haya tenido que optar para ello por una coalición entre UPN, PP y Cs. Navarra Suma ha logrado ganar en las elecciones al Parlamento foral y en las del Ayuntamiento de Iruñea, por encima de los votos obtenidos por separado en 2015.

En este caso, ha quedado claro que los electores de Vox, que hace cuatro semanas llegaron a ser 17.660 en el conjunto de Nafarroa, el domingo volvieron al redil en su gran mayoría, porque no fueron más que 4,401 los que se inclinaron por la papeleta de Santiago Abascal.

Camino de la nada

Al igual que en Nafarroa, en el resto de Hegoalde Vox sigue sin encontrar el más mínimo espacio electoral. Y tampoco Ciudadanos tiene hueco. No ha logrado ni un solo concejal ni en Araba ni en Bizkaia ni en Gipuzkoa.

El PP va de capa caída, perdiendo peso elección a elección, camino de la insignificancia. Ya no es determinante en ninguna institución foral ni municipal. Tal vez ahora elija cambiar la estrategia marcada en el último año en el Parlamento de Gasteiz, para volver a ser la muleta y el voto que le falta al Gobierno de Iñigo Urkullu para tener la mayoría absoluta.