Amaia U. Lasagabaster

Estados Unidos disputará su quinta final tras imponerse a Inglaterra (1-2)

Press y Morgan han marcado para las norteamericanas; White para Inglaterra, que ha fallado un penalti a tan solo diez minutos para el final del partido.

Celebración de las jugadoras de Estados Unidos. (Jean Pierre CLATOT/AFP)
Celebración de las jugadoras de Estados Unidos. (Jean Pierre CLATOT/AFP)

Ya son cada vez menos equipos europeos los que aguantan pero Estados Unidos sigue ahí. No hay rebelión que pueda con el gran dominador histórico de la disciplina.

El equipo norteamericano disputará su quinta final del Mundial tras haber dejado por el camino a las otras dos selecciones que le acompañaban en las quinielas, Francia e Inglaterra.

Como en cuartos de final ante la anfitriona, también hoy ha tenido que ofrecer su mejor versión en todas las facetas del juego. Acierto, físico, el manejo de la presión… Nadie hasta ahora lo ha hecho mejor que el campeón, tampoco Inglaterra.

Y eso que Jill Ellis ha prescindido de la que estaba siendo su jugadora más determinante, Megan Rapinoe, autora de los cuatro últimos goles de su selección.

Queda la duda de saber si ha sido una decisión táctica, por la presencia de Lucy Bronze,  o física. También Phill Neville ha retocado su equipo, con cambio de sistema y la presencia de futbolistas como Daly o Mead, con Parris como mediapunta.

Aunque su equipo ha tenido muy buenos momentos, la apuesta no ha acabado de funcionarle.

El primer tiempo ha cumplido con las mejores expectativas. Intenso, vibrante, igualado…, los 45 minutos han pasado como un suspiro.

Responsabilidad conjunta de dos equipos que han salido como acostumbran, marcando territorio. Pero también aquí le ha ido mejor a Estados Unidos, un aviso quizá de cómo acabaría el partido.

El primer aviso ha sido suyo –un caño de Lavelle a Bright y posterior remate forzando a Telford– y el gol también.

Y bien rápido, como en todos sus partidos desde que se estrenó en el torneo goleando a Tailandia. Que, curiosamente, sigue siendo el rival que más tiempo le ha aguantado con la puerta a cero, doce minutos.

Hoy han sido nueve los que han necesitado las norteamericanas para dibujar una acción perfecta: Lavelle ha abierto para la incorporación de O'Hara y ésta ha centrado para que Press, aprovechando el error de quién y de Bronze, cabeceara en el segundo palo de forma inapelable.

Por primera vez en el torneo, Inglaterra marchaba por detrás en el marcador. Pero un equipo que llegaba a Francia a jugar al Mundial difícilmente podía caer tan fácil.

Y, efectivamente, diez minutos después, ha neutralizado la desventaja con otra gran jugada. Centro de Mead desde la izquierda y White, en estado de gracia (16 remates en el torneo, diez de ellos entre los tres palos, seis goles), que se cuela entre las centrales para definir a la perfección.

Han llegado los mejores minutos del partido, en los que lo mismo soltaba un chuzazo Lavelle –espectacular su actuación–, que Sauerbrunn rozaba el autogol.

Ha sido Alex Morgan la que ha roto la igualada. Inédita desde su reponer frente a Tailandia, y con poquita intervención en el juego desde el golpe que sufrió frente a Chile, nona podido elegir mejor manera de celebrar su 30º cumpleaños: marcando el gol –su sexto tanto del torneo, con el que empata a White al frente de la tabla de realizadoras– que ha confirmado la victoria y, por tanto, la quinta final de la historia para su selección.

Aunque para darla por segura, las norteamericanas han tenido que esperar. Porque Inglaterra ha seguido apretando, y de qué manera, hasta el descanso.

Ha cambiado el partido tras el paso por vestuarios. La emoción se ha mantenido hasta el pitido final pero se ha debido más a las incidencias y a lo apretado del marcador que al juego. Como ya hiciera frente a Francia en cuartos de final, Estados Unidos ha demostrado que también domina el arte de la especulación.

Viéndose cada vez más lejos de su anhelada final, Inglaterra ha empezado a desquiciarse, lo que le alejaba aún más. De la nada ha aparecido una jugada que podía haber sido decisiva, una asistencia de Scott –la mejor de su equipo hoy– para que White volviera a colocar el empate en el marcador… en fuera de juego según han cantado desde la sala del VAR, aunque habrán tenido que utilizar hasta el GPS para determinarlo porque ha sido ciertamente ajustado, si es que ha existido.

Diez minutos después ha habido que recurrir de nuevo a la pantalla. El equipo de Phill Neville ponía mucho corazón, poco juego y ninguna cabeza pero aún así ha sido capaz de fabricar una ocasión clarísima, que ha acabado con White en el suelo junto a Sauerbrunn.

Edina Alves ha tenido que estudiar la jugada durante un buen rato antes de decidir que sí, que las Lionesses tendrían su ocasión. En las botas de Steph Houghton, encargada de lanzar el penalti.

Y lo que son las cosas, las dos mejores jugadoras de Inglaterra junto a White en el torneo, la capitana y Lucy Bronze, han fallado hoy.

Si la lateral lo había hecho en el primer gol de Estados Unidos, la central lo ha hecho en el penalti. Con la colaboración de Naeher, claro, que es la que lo ha detenido a la postre.

Quedaban diez minutos y casi otros tantos de descuento pero el partido estaba acabado porque Inglaterra se sabía fuera de la final.

Incluso ha acabado con diez por la expulsión de Bright. Su objetivo es ya repetir el bronce de 2015. El de Estados Unidos, levantar su cuarta copa Mundial.
 
Holanda - Suecia
El Groupama Stadium también acogerá la segunda semifinal (21:00 horas, Gol TV), que enfrentará a Holanda y Suecia.

Será la primera para la campeona de Europa, que en su única participación anterior, hace cuatro años en Canadá, regresó a casa en octavos.

Las suecas, con tres medallas en su historial, la disputarán por cuarta ocasión. Hoy no podrán contar con Fridolina Rolfo, sancionada.