Contrastes a las cinco de la tarde en Kobetamendi. Justo unos segundos antes de que se abriesen las puertas se escapan unas notas de reggaeton. Media hora más tarde Olatz Salvador daba inicio al interesante y atractivo diálogo entre sus creaciones y la ejecución de las mismas. Mientras, Oso Leone revisitaba sin rubor el legado de Talk Talk. Pocos minutos después de Salvador y Oso Leone, Mourn se apoderaba del escenario principal con un rock independiente de corte duro y esencia en los 90.
Escenario Gora!, escenario con carpa, recinto que retiene el calor. Olatz Salvador y su banda salen al escenario a la peor hora de un festival pero la brisa despedida por los amplificadores refresca el ambiente. Olatz Salvador es una muestra más de lo interesante que puede llegar a ser nuestra escena. Sobre el escenario bajo cubierta de Kobetas entabló un incesante intercambio entre sus composiciones y los ecos que dibuja su banda.
Olatz, en el centro, su grupo cubriéndolo todo con imaginativas guitarras. Con bonitos sonidos shoegaze y con los pies bien asentados en el suelo. El final, con ‘Zintzilik’, muestra además una artista capaz de escribir temas, baladas, sin miedo al pop, a la armonía o al momento radiofónico clásico.
Los mallorquines Oso Leone actuaban en Bestean, el segundo escenario en importancia de este BBK Live Festival. Curioso su recorrido. Comenzaron en el folk de moda para mutar a una suerte de banda electrónica con instrumentos orgánicos que crea ambientes idóneos para adornar atardeceres. Entre Air, la banda francesa, y Talk Talk y sin rastro del pasado.
El primer concierto de hoy en su escenario principal ha sido para las catalanas Mourn. Lo suyo, al menos en la actualidad, es un viaje a los 90. A sonidos crudos y agresivos adornados con tejidos de franela. A los ecos de aquello que para bien o para mal se llamó riot grrrl y que encontró su razón de ser en tremendas propuestas rockeras como Bikini Kill, L7 y Babes In Toyland. Quizá Mourn escatima menos en velocidad y patadas en la cara, siendo más directas en su ataque frontal sonoro.
Con apenas una hora de descanso, la tarde-noche quedaba dibujada sobre el cielo de Kobetas. El punk de Idles, el rap de Brockhampton, Anari, Rosalía, Suede y The Strokes completaban una propuesta apasionante.