Los inscritos y quienes acuden a votar tienen que dar respuesta a la siguiente pregunta: «¿Cuál consideras que debería ser la postura de EH Bildu en el pleno de investidura para la elección de la Presidencia de Nafarroa ante la candidatura de Maria Chivite, que plantea la formación de un Gobierno de coalición entre PSN, GB y Podemos, con el apoyo de IE?». Hay únicamente dos opciones: voto negativo o abstención (las necesarias para que Chivite resulte elegida). 

La participación directa en las sedes sorprende, además, porque se trata de una votación pensada para resolverla telemáticamente. El único requisito que se está tomando es que sean militantes o simpatizantes navarros y se exige el DNI, el ENA o el Número de Identidad Extranjero (NIE) por motivos de seguridad y evitar dobles votos. 

Las urnas han abierto a las 10:00, han cerrado cierran de 14:00 a 17:00, y han vuelto a estar abiertas hasta las 21:00. Mañana a las 10:00 se conocerá el resultado. 

Aunque se trata de una votación abierta y de la que dependen las posibilidades de Chivite de resultar elegida el viernes, sí que la dirección política de EH Bildu ha manifestado su preferencia por la abstención. Arguye motivos «estratégicos» para permitir la formación de un gobierno de PSN, Geroa Bai y Podemos, con I-E como socio externo. Principalmente, son dos. El primero de ellos es cerrar el paso al regreso de UPN (ahora dentro de la coalición Navarra Suma) que llegaría con la promesa de desmantelar todo lo construido estos cuatros. El segundo motivo es la capacidad que tendría EH Bildu de condicionar un gobierno tan débil (no tiene mayoría absoluta y dependería de acuerdos con EH Bildu o Navarra Suma) a la hora de sacar adelante sus propuestas. 

El pleno de investidura de Chivite se celebrará el jueves pero, al carecer de mayoría absoluta, la candidata del PSN no saldrá elegida ese día. El reglamento marca entonces que habrá que celebrar una segunda votación donde, esta vez sí, la abstención de EH Bildu le permitiría obtener la confianza de la Cámara. 

En caso de que la gente que está votando hoy en la consulta apueste por un voto negativo, se volvería a la casilla inicial. El presidente del Parlamento tendría que llevar a cabo una ronda de consultas para ver si hay algún otro candidato dispuesto a presentarse a una investidura. En tal caso, habría que fijar otro pleno con la esperanza de que ese candidato sí lograra la confianza. Todo ello, con el límite del 26 de agosto. Ese día, habría que convocar automáticamente unas nuevas elecciones, al haberse cumplido el plazo estipulado de tres meses para elegir a un presidente.