La militancia y los cargos públicos de Más Madrid, el partido de Íñigo Errejón, ha aprobado en una votación a mano alzada que la formación concurra a las elecciones generales del 10 de noviembre, decisión que se hará oficial en una asamblea que tendrá lugar el próximo miércoles.
Ese mismo día se precisará quién encabeza el cartel electoral, según han explicado fuentes de la formación, si bien la concejal del Ayuntamiento de Madrid Inés Sabanés ha declarado a los medios que «mayoritariamente se entiende que quien mejor puede expresar el sentir de esta candidatura es Íñigo Errejón».
La designación de Errejón como candidato implicaría su renuncia a continuar como portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, cargo que ostenta en la actualidad.
Tampoco se han anunciado más detalles respecto al alcance territorial que tendrá la candidatura de Más Madrid, partido que hasta ahora ha circunscrito su actividad al ámbito de la Comunidad de Madrid.
La decisión ha sido avalada este domingo en una asamblea extraordinaria convocada para definir la hoja de ruta del partido cara a los comicios del 10N y que no ha contado con la presencia de Errejón, según han apuntado desde el partido para «garantizar un debate abierto y democrático entre la militancia, sin condicionantes».
Sí han acudido la mayoría de cargos públicos de la formación en el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Todos ellos, junto a una mayoría abrumadora de los asistentes (en torno a 500, según fuentes del partido), han respaldado en una votación a mano alzada, con cartulinas de color verde (sí) y rojo (no), la decisión de participar en las elecciones nacionales.
Durante alrededor de dos horas, tanto cargos públicos como militantes de base de la formación han intervenido en la asamblea para exponer los motivos a favor y en contra de concurrir a las elecciones.
Los argumentos favorables se han centrado en la ocasión de aprovechar el espacio que se puede abrir en el electorado «progresista» después de que el PSOE y Unidas Podemos no hayan logrado formar Gobierno, y en contrarrestar una abstención que podría abrir la puerta a un Ejecutivo de derechas.
Los más escépticos han puesto el acento en las limitaciones de la estructura orgánica de la formación, y han recalcado que la «ventana» de oportunidad que parece abrirse ahora puede seguir abierta en los próximos años.