El entrenador del Alavés ha comparecido este miércoles en la rueda de prensa previa al derbi frente a la Real Sociedad. Ha afirmado que los donostiarras se encuentran en un buen momento y que ellos han encadenado dos derrotas. «Vamos con ilusión, porque sabemos que podemos sacar cosas positivas en cualquier sitio», ha indicado.

Obviamente ha sido preguntado por su pasado txuri-urdin, ya que fue destituido de su cargo de técnico antes de culminar la primera vuelta de la temporada pasada. Ha admitido que guarda un grato recuerdo pero ha enfatizado en que todos los partidos de Primera Divisón son especiales para él: «Todos los partidos son especiales, sé dónde estaba hace 5-6 años, y sé lo que cuesta llegar a entrenar en la máxima categoría. Hay que saber de dónde vienes y, sobre todo, hay que tratar de competir».

«Yo no me voy a poner nervioso», ha subrayado, tratando de calmar la preocupación surgida a partir del partido de San Mamés, en el que su equipo fue incapaz de generar situaciones de ataque, una circunstacia que le «cabreó» al propio técnico del Alavés.

Ha recordado que se han dado muchos cambios en el equipo, incluso desde que empezó la temporada han ido variando las circunstancias y por ello, piensa que «necesitamos hacer equipo. Tenemos un buen grupo. Un grupo trabajador y noble». Sabía que la tarea más complicada iba a ser engrasar la maquinaria ofensiva, porque en defensa hay jugadores que vienen jugando desde la temporada pasada o más tiempo.

Ha reconocido que la Real ha demostrado ser un equipo «solvente». «Es muy visotoso, muy dinámico, con mucha velocidad arriba. Han mejorado en defensa también, están siendo más solventes. Han acertado en todo. En este momento es un equipo que está bien», ha resumido. En ese sentido, ha afirmado que «esta Real, la de ahora» va a dominar el 70-80% de los partidos, dando a entender que este jueves también será así. 

Tiene a toda su plantilla disponible, a excepción de Burgui, que aunque ha recibido el alta médica está en «periodo de adaptación».