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Johnson apela a los conservadores a respaldar un Brexit el 31 de octubre a cualquier precio

En la apertura de la conferencia del partido Conservador, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha insistido en su intención de llevar a cabo el Brexit el próximo 31 de ocutubre a cualquier precio, mientras la oposición teme que intente saltarse la ley del Parlamento que le obliga a pedir una prórroga para llegar a un acuerdo de salida de la UE.

Boris Johnson durante una visita oficial. (Andy STENNING/AFP)
Boris Johnson durante una visita oficial. (Andy STENNING/AFP)

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha prometido este domingo llevar a cabo el Brexit a cualquier precio el 31 de octubre, incluso sin pedir una prórroga para llegar a acuerdo con la Unión Europea, lo que contradice el mandato del Parlamento.

En pleno caos político en Gran Bretaña, a un mes de la fecha del Brexit y en el inico de la conferencia anual de su Partido Conservador en Manchester, Johnson intenta cerrar filas para acometer el Brexit por encima de cualquier obstáculo, mientras la oposición teme que recurra a algún ardid para evitar la prórroga.

Así, en Westminster se teme que pueda recurrir a algún mandatario europeo que bloquee una ampliación del plazo para el Brexit, lo que le permitiría cumplir con el ley de solicitar la prórroga con la seguridad de que no se le concederá.

También podría apelar a un estado de emergencia por el riesgo de «desórdenes públicos» con el fin de ignorar la ley.

El primer ministro, en una entrevista con la BBC, ha asegurado que la mejor forma de acabar con la división en el país «es cumplir con el Brexit el 31 de octubre, y que el país siga adelante».

Pese a la oposición abierta del Parlamento a una salida brutal, que golpearía de forma aún más severa la economía británica, Johnson no reniega de sus promesas y libra una guerra abierta con los diputados, a quienes opone el «pueblo» que él asegura defender.

La agresiva política de Boris Johnson ha tenido un contraproducente efecto bumerán para él. Suspendió el parlamento, pero los diputados votaron urgentemente una ley que lo obligaba a pedir a Bruselas una postergación de la salida en caso de falta de acuerdo sobre el Brexit.

Además, los legisladores consiguieron que la Corte Suprema calificara de nula la decisión de suspender el Parlamento, por que lo pudieron volver a sus escaños.

«Creo que todos deberíamos tranquilizarnos», ha declarado a la BBC el primer ministro tras una semana de duros enfrentamientos. Además, se ha proclamado «modelo de moderación» defendiendo el uso de la retórica militar, y acusa a sus adversarios de esconder sus intenciones –impedir el Brexit– detrás de una «gran nube de indignación».

Asegura además que había «buenas posibilidades» de llegar a un acuerdo con Bruselas, pese a que las negociaciones con la UE no avanzan.

Pero la estrategia de Johnson parece darle resultados. Dos sondeos publicados por YouGov y Opinium esta semana dan a los conservadores entre 11 y 12 puntos de ventaja obre los laboristas, primer partido de oposición.

Prueba del enfrentamiento con el parlamento es que Boris Johnson podría no asistir a las tradicionales preguntas al primer ministro del miércoles en la Cámara de los Comunes, y en su lugar pronunciar el discurso de cierre del congreso de su partido.

Un gesto de represalia hacia los diputados, que rehusaron acordar a los conservadores una corta pausa para asistir a tiempo completo al congreso, como es tradicional hacerlo.

En este contexto, muchos observadores británicos consideran inevitable la celebración de elecciones en los próximos meses para salir de este atolladero.

Johnson afronta además el riesgo de que se le abra una investigación penal debido a sus relaciones con una empresaria estadounidense, Jennifer Arcuri, que pudo beneficiarse de fondos públicos cuando él era alcalde de Londres.