Ha llegado la primera derrota de RETAbet Bilbao Basket. No es de extrañar cuando se ceden 22 rebotes en ataque y se pierden 18 balones. Sin embargo, los hombres de negro se han dejado el corazón en la pista, al punto de que un palmeo final de Lammers ha estado a un tris de forzar la tercera prórroga de un partido que ha durado casi tres horas. Jaylon Brown, Kulboka y Ondrej Balvin se han reivindicado cuando más calentaba el sol. Cierto es que un rival de «la liga de Bilbao Basket» ha batido a los de Mumbrú, pero estos han demostrado que son capaces de competir ante cualquiera.
Una de las primeras buenas noticias ha sido el retorno al juego de Emir Sulejmanovic después de superar sus lesiones, al tiempo que Tomeu Rigo también ha podido sentarse en el banquillo. Otra de las buenas noticias ha venido del primer cuarto, porque a falta de acierto en el lanzamiento exterior Bilbao Basket ha conseguido anotar de dos con fluidez y con cierto reparto en la anotación, lo cual le ha permitido ir por delante durante todo el primer cuarto, con momentos de cierta comodidad.
Pero como la perfección solo es una quimera a la que aspirar, las malas noticias llegaban del emparejamiento entre Vasileiadis y Rafa Martínez. El de Santpedor ha seguido siendo el mismo «zorro viejo» que ha sacado puntos y personales a base de oficio y calidad, pero Vasileiadis se las ha devuelto todas junbtas, anotando 8 puntos nada menos en ese primer asalto, al que se ha llegado con 15-17 para los de Mumbrú en el luminoso. Con todo, se ha notado que enfrente de los hombres de negro se ha plantado un rival que se ha estudiado la pizarra de Mumbrú, a diferencia de Tenerife y Valencia Basket, dos rivales más centrados en su propio juego que el ajeno. Así las cosas, el camino hacia la anotación se ha visto lleno de trampas y obstáculos, algo ante lo que Bilbao Basket se las ha tenido que arreglar por otras vías y echándole un extra de paciencia.
En cualquier caso, la defensa bilbaina ha seguido rindiendo a buen nivel, frenando las más de las veces el flujo anotador del Obradoiro, o al menos limitándolo a rachas de acierto. Mejor aún, en el segundo la renta de Bilbao Basket ha alcanzado la decena, 29-39, después de que varios triples, y en especial un afortunado «tres más uno» de Jaylon Brown, hayan destapado el camino hacia la canasta lejana para los de Mumbrú, con el añadido de cargar a Vasileiadis con tres faltas antes del descanso.
No obstante, el camino no iba a ser de rosas, de forma que tras el 29-39 el Obradoiro ha reaccionado con tres triples consecutivos del escolta reserva Magee, elevando el 38-39 y encendiendo de paso un Fontes do Sar algo desangelado a lo largo de la primera mitad. Sea como fuere, la gestión de esos últimos segundos de Bilbao Basket ha sido acertada, y con dos tiros libres de Bouteille y una buena defensa de Tomeu Rigo –debut en la Liga ACB para el de – sobre Earl Calloway, los hombres de negro han alcanzado el receso con un 38-41 a su favor, después de mantenerse al frente del marcador en todo momento.
Problemas graves; soluciones de urgencia
Los malos momentos aparecen sin llamar. Obradoiro se ha mostrado mucho más concentrado que Bilbao Basket de regreso de los vestuarios y ha conseguido darle la vuelta al partido, después de endosar un parcial de 26-16 a los hombres de negro. Fletcher Magee ha seguido martilleando con su tiro el aro vizcaino, al tiempo que los de Mumbrú solo han encontrado respuesta en Jaylon Brown durante varios minutos. Pero el escolta norteamericano se ha mostrado flojo atrás y cuando Mumbrú lo ha relevado por Schreiner, buscando jugar con dos bases, el resultado ha sido que el flujo de anotación bilbaino ha decído aún más.
La cuestión era mantenerse con vida porque Obradoiro se ha ido sintiendo mucho más cómodo. Su defensa, además, ha conseguido robar varios balones al saque de fondo de los de Mumbrú, que bastante han tenido con llegar al último cuarto, aunque para entonces el luminoso ha marcado un 64-57 francamente amenazante, después de que Obradoiro haya apabullado a los vizcainos cargando con hasta cuatro jugadores el rebote ofensivo. Kravic y Daum se han enseñoreado literalmente durante los últimos minutos del tercer asalto, mientras que Bilbao Basket ha padecido horrores para asegurar cada rebote.
El último período ha arrancado con briznas de esperanza: dos tapones de Lammers y un «dos más uno» a la contra de Rouselle, seguido de otra transición culminada con un triple de Sergio Rodríguez, poniendo el 64-63. Obradoiro ha contragolpeado cargando de personales a los hombres de negro, unos hombres de negro que han conseguido igualar el marcador a 66, cerrando un parcial de 2-9, con un triple de mucho mérito de Kulboka. Un tiro libre de Balvin ha vuelto a empatar el partido a 67.
Sin embargo, Obradoiro ha vuelto a hacerse fuerte en el juego interior, estirando su ventaja tras sendas canastas de Brodziansky y Czerapowicz, obligando a Mumbrú a parar el partido con 71-67 e ideas muy poco claras, por no hablar del martirio de cerrar el rebote. El primer ataque bilbaino se ha saldado con pérdida en el intento de alley oop de Rouselle sobre Lammers, pero el cuadro bilbaino ha logrado enmendar ese error, para que un «dos más uno» de Balvin haya colocado el 71-70 a minuto y medio para el final.
En ese minuto y medio Bilbao Basket ha defendido bien, pero no ha conseguido anotar, sobre todo el triple de Rouselle a falta de 15 segundos para el final. El rebote ha caído de lado gallego y la falta a la desesperada sobre Calloway se ha materializado en un 73-70 con menos de siete segundos para el final, y tiempo muerto poco menos que a la desesperada, una desesperada que se ha traducido con triple en «step back» de Kulboka a menos de tres segundos: empate a 73 a 2,8 segundos, y a rezar. Y tras una larguísima espera, Brodziannsky ha tenido el gancho de la victoria en su mano, pero el balón ha salido escupido del aro, por lo que se ha tenido que ir al tiempo extra.
Y en la prórroga... cara y cruz
Y en la prórroga, Bilbao Basket ha recuperado la iniciativa en el marcador. Primero, con sendos tiros exteriores que han anotado Bouteille y Rouselle, para que después haya llegado el momento estelar de Ondrej Balvin. El pívot checo y Lammers se han conjurado para erigirse en el muro de contención ante las acometidas del Obradoiro, mientras que en ataque el propio Balvin ha sido capaz de machacar una asistencia de Jaylon Brown y anotar dos tiros libres, para llegar al último minuto con 80-84 en el marcador.
Nada estaba dicho, empero. Brodziansky ha anotado dos tiros libres para establecer el 82-84 y en el siguiente ataque Rouselle ha perdido el balón, con 37 segundos por disputarse. Para más inri, Kostas Vasileiadis, inédito en la anotación desde la primera mitad, ha provocado dos tiros libres para elevar el empate a 84, cosa que el alero heleno ha asegurado a 33 segundos y sin tiempos muertos. A pesar de todo, Bilbao Basket ha tenido hasta tres tiros para ganar casi sobre la bocina, y tanto el triple de Bouteille como el tiro posterior de Balvin no han querido entrar, para enviar el partido al segundo tiempo extra.
Jaylon Brown ha empezado anotando en esa segunda prórroga, a lo que el Obradoiro ha respondido con dos tiros libres de Calloway después de superar la veintena de rebotes ofensivos. Brodziansky ha adelantado a la escuadra galaica desde la media distancia, y después de varios ataques en los que Obradoiro ha podido irse hasta por 15 puntos –sumando por encima de los 20 rebotes en ataque–, Ondrej Balvin ha forzado una personal, pero solo ha anotado un tiro libre: 88-87, a lo que el conjunto local ha replicado con canasta de Magee, que ha vuelto a ejercer de factor decisivo, al sacarle un «tres más uno» a Brown con 90-89 en el marcador: 94-89 a minuto y medio para el final.
Y cuando parecía que Magee había decidido el partido, Kulboka ha enganchado un triple y dos tiros libres con los que ha empatado a 96, a 21 segundos de una posible ¡tercera prórroga! Mumbrú ha decidido jugarse el último tiro, de forma que Tomeu Rigo ha cometido personal a Earl Calloway, que ha aprovechado los dos lanzamientos, para disponer de los 13 últimos segundos para buscar la victoria. El balón se la ha jugado Jaylon Brown, que ha buscado la prórroga, con el añadido de Ben Lammers a punto de anotar el empate a 98. Sin embargo, el pívot norteamericano no ha tenido acierto y el partido se ha quedado en tierras gallegas. Sin embargo, el corazón demostrado por los hombres de negro, sin olvidar sus tremendos agujeros en forma de pérdidas de balón y lel cierre de los rebotes, tendrá recompensa en los sucesivos envites. Pero eso sí, hay que corregir inmediatamente esos errores en las pérdidas y a la hora de cerrar el rebote defensivo.