El portavoz del Ministerio iraní de Exteriores, Abas Musaví, ha asegurado que la situación del petrolero en el que se han registrado dos explosiones este viernes está bajo control y que «las investigaciones sobre los detalles y los autores de este movimiento peligroso continúan».
Las dos explosiones en el petrolero iraní Sabiti, cuando se encontraba a unos cien kilómetros de la ciudad saudí de Yeda, han provocado un vertido de crudo al Mar Rojo, mientras los expertos que investigan las causas no descartan que se trate de un acto de «terrorismo» realizado con misiles
Musaví ha asegurado que entre los dos ataques hubo «un espacio temporal de media hora». El portavoz ha añadido que «en los últimos meses se llevaron a cabo otros actos de sabotaje contra petroleros iraníes en el Mar Rojo y se están realizando investigaciones sobre sus autores».
«Todas las responsabilidades de esta medida, incluida la contaminación ambiental en la región, recaen en quienes están detrás de esta peligrosa aventura», ha subrayado.
El petrolero Sabiti perteneciente a la compañía Nacional del Petroleo iraní (NIOC), se encontraba a unas 60 millas del puerto saudí de Yeda cuando fue objetivo de esos ataques.
En un principio, la agencia oficial del Ministerio iraní de petróleo, Shana, ha indicado que se trataba de un ataque «posiblemente con misiles». Más tarde, el Ministerio de Exteriores ha confirmado que los ataques se han llevado a cabo «desde un lugar cercano de su corredor de paso en el este del Mar Rojo» y que afectaron al casco, pero no mecionaba que hubieran sido causados por misiles.
Además, horas después del incidente el presidente ejecutivo de NIOC, Nasrola Sardashtí, ha criticado que «han pasado horas» y ningún país ha ayudado al Sabiti
Sardashtí asimismo ha indicado que se ha cambiado la ruta del petrolero para salir del Mar Rojo y que ya «se ha evitado el derrame de petróleo al mar».
Según la web TankersTrackers, que sigue los movimientos de los buques-cisterna, el Sabiti transporta un millón de barriles de peróleo y su destino es el Golfo Pérsico.
Este incidente agudiza la tensión en la zona, tras sumarse al episodio registrado el pasado 14 de setiembre, cuando los huthíes de Yemen llevaron a cabo un ataque con drones en contra dos instalaciones petroleras propiedad de la empresa estatal Aramco de Arabia Saudí, del que EEUU responsabilizó a Irán.