RETAbet Bilbao Basket ha salido escaldado de su visita a la cancha de un Casademont Zaragoza muy superior.
Los de Porfi Fisac han lanzado 26 tiros más, valiéndose de las 21 pérdidas de los hombres de negro y de los 18 rebotes que han agarrado en la zona bilbaina. Después de un esperanzador primer cuarto, Bilbao Basket ha sido un juguete en las manos de un cuadro maño que ha tenido en los 25 puntos de DJ Seeley la inspiración ofensiva necesaria, con la ayuda de los 13 tantos y 6 rebotes de Justiz o la dirección de Alocén.
En el bando bilbaino, solo han dado guerra los 21 puntos de Bouteille y la brega de Balvin.
Y eso que, paradójicamente, el duelo ha empezado de maravilla para los intereses bilbainos: un 0-9 a golpe de triple, obra de Bouteille y Kulboka, al tiempo que el conjunto maño se ha empezado estrellando con los tiros errados por Fran Vázquez, flotado deliberadamente por la defensa vizcaina.
Sin embargo, los hombres de negro han encadenado una serie de pérdidas no forzadas, mientras que DJ Seeley y Alocén no han tardado en empezar a meterlas, de modo que un parcial de 11-2 ha supuesto el primer empate del duelo y el primer tiempo muerto del partido.
Durante ese ínterin, Rafa Martínez se ha llevado un fuerte golpe sobre el ojo en una contra zaragozana, mientras que Rouselle se ha cargado con dos faltas, siendo esa doble circunstancia el principal motivo del atolondramiento bilbaino.
Sea como fuere, el cuarto ha terminado con 16-14, después de que Ben Lammers haya desatascado el ataque bilbaino y Javier Justiz decidido con un gancho a poco menos de un segundo para el final. Ya en esos minutos se ha ido viendo las dificultades bilbainas por cerrar el rebote defensivo, un problema recurrente de otros encuentros.
No obstante, las sensaciones de estos diez minutos han sido bastante peores que el resultado.
La unidad B, lejos de su nivel
Y esa lógica de que las malas sensaciones al final acaban aflorando en el luminoso se ha cumplido con el arranque del segundo asalto. Las pérdidas bilbainas han seguido erre que erre, mientras que los de Porfi Fisac han ido ajustando su defensa, al tiempo que han buscado con mucho acierto a DJ Seeley.
A la mano del escolta se le han sumado el joven Krejci y Barreiro para y una escapada hasta el 25-17, obligando a Mumbrú a meter a sus titulares al parqué.
Ese regreso de los titulares ha traído algo de calma y solidez, sobre todo de la mano de Balvin e Iván Cruz –miembro de la tercera unidad–.
Bouteille, por su parte, se ha ido olvidando de sus problemas del reciente derbi de Miribilla y ha atinado a erigirse en el faro ofensivo bilbaino –por contra, Jaylon Brown se ha visto eclipsado por completo por la defensa aragonesa–.
Con todo, no ha servido para arreglar los problemas a los de Mumbrú, ya que después de arrimarse hasta un 29-25, el Casademont Zaragoza ha vuelto a estirar su ventaja de la mano de Fran Vázquez y el omnipresente DJ Seeley –autor de 13 tantos al descanso–, poniendo el marcador con 36-27 –y tres faltas para Rouselle, aparte de 11 pérdidas para el conjunto vizcaino– camino de los vestuarios.
Bofetada de realidad
Un triple de Bouteille y otro de Kulboka han dado arranque el tercer asalto. Pero por si alguien haya pensado que Bilbao Basket se ha enganchado a la pelea por el partido, se equivoca.
Las pérdidas –siete, solo en este cuarto– han seguido martirizando el juego bilbaino –Alocén le ha amargado la existencia a Schreiner– y en transición, no ha habido dificultades para que Casademont Zaragoza haya podido superar de largo la decena de diferencia.
Solo Bouteille ha seguido dentro del partido, pero el resto de sus compañeros ha ido bajando los brazos, en especial el famoso «quinteto LEB» que tan buen inicio liguero viene realizando, que en Zaragoza se ha encontrado con un bofetón de realidad doloroso de verdad.
Para más inri, Rouselle se ha cargado con su cuarta personal, por no hablar de que Jaylon Brown ha seguido totalmente ofuscado ante la defensa maña, que le ha tapado por completo cualquier opción creativa.
Los diez minutos finales, después de encajar un parcial de 27-18 y alcanzar el último período con 63-45, han quedado a beneficio de inventario; no todos los días se puede ganar.
Mumbrú, con buen criterio, ha decidido repartir los minutos para los choques venideros –sin ir más lejos, ante Fuenlabrada el domingo 27–, mientras que el cuadro aragonés ha estirado la renta hasta una máxima de 25 puntos, 84-59, pese al 84-61 final.
Mumbrú: «No hemos sabido responder a su físico»
No ha habido paños calientes en las declaraciones de Alex Mumbrú. A pesar del buen inicio, el juego de la escuadra vizcaina ha caído, en opinión del técnico de Bilbao Basket «a finales del primer cuarto Casademont Zaragoza ha empezado a apretar, a subir líneas, y no hemos sabido incapaces de volver al partido en el momento en el que lo han roto.
Físicamente han estado mucho mejor que nosotros. Además, nosotros hemos tenido canastas y tiros fáciles que hemos fallado y hemos caído en el desánimo y nos ha constado seguir haciendo nuestras cosas.
Y la segunda mitad ha sido más de lo mismo. Físicamente han estado mucho mejor que nosotros, han jugado con muchos más contactos y nosotros hemos estado blanditos».
Como de estos tortazos conviene obtener un aprendizaje, el preparador badalonés ha subrayado que «este partido nos ha enseñado a qué nivel nos tenemos que poner cuando jugamos fuera de casa».
Por su parte, el director deportivo de Bilbao Basket, Rafa Pueyo, ha querido relativizar la debacle de los hombres de negro. «Estas cosas pueden pasar. Está claro que nuestra realidad no es que podamos ganar a equipos de Euroliga siempre ni lo que se ha visto en este partido.
El equipo de Zaragoza es uno de los mejores de la competición y en su cancha no es fácil ganar.