El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ha ordenado el levantamiento del toque de queda en Santiago después de la masiva movilización de cerca de un millón de personas que salieron a las calles el pasado viernes a las calles para exigir cambios en la política económica del Gobierno.

«He pedido a todos los ministros poner su cargos a disposición para poder estructurar un nuevo gabinete para poder enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargo de los nuevos tiempos», ha confirmado Piñera en una comparecencia en la que también ha solicitado al Congreso chileno que respalde el «enorme esfuerzo» a acometer para aplicar el «amplio y profundo» programa de reformas que solicita la población.

Piñera, minutos antes, había ordenado el levantamiento del toque de queda en Santiago después de elogiar la conducta de los manifestantes.

El presidente ha indicado que «si las circunstancias lo permiten, es mi intención levantar todos los estados de emergencia a partir de las 24 horas de este domingo».

«La marcha de ayer fue ejemplar», ha destacado Piñera en su discurso, aunque ha añadido que las protestas han dejado «un daño gigantesco no solo a las grandes empresas».

«Hemos visto un mensaje que estaba muy presente en el alma de los chilenos, ya que lo han expresado con una elocuencia que nos ha llegado a todos. La marcha de ayer fue un fuerte mensaje. Un mensaje de una inmensa mayoría de chilenos que pide un Chile más justo, más solidario. Todos escuchamos ese mensaje. Todos hemos cambiado y estamos con una nueva actitud», ha señalado.

Sin embargo, ha ignorado otra de las demandas que se escuchó en la movilización masiva, la que exigió su propia renuncia al cargo.

El presidente chileno decretó el pasado fin de semana el estado de emergencia en Santiago, Valparaíso y Concepción tras la ola de protestas, disturbios, incendios y saqueos ocurridos en la noche del viernes y la madrugada del sábado anterior.

Esta medida se fue ampliando por muchos puntos del país con el paso de los días y dejó el orden público a cargo de los soldados por primera vez desde que terminó la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Piñera ha concluido su comparecencia con la promesa de publicar un balance definitivo de las víctimas durante las protestas cuando existan garantías de que los disturbios han terminado en todo el territorio nacional.

El alza en el precio del billete del metro de Santiago prendió la mecha del descontento social contra la desigualdad, las privatizaciones y los altos precios de servicios básicos como la salud, la electricidad o el transporte, desatando una ola de indignación nunca antes vista desde la dictadura.