Iniciado ya 2020, y con la sesión de investidura española a la vuelta de esquina, el Foro Social Permanente ha comparecido este jueves en Bilbo para plantear la necesidad, incluso la urgencia, de definir un itinerario que solucione la situación de las personas presas. Y su llamamiento lo ha acompañado de contenidos concretos a modo de propuesta.
Considera en su análisis que ha llegado «el momento de dar pasos decididos en esta cuestión». Y que para ello es imprescindible una «vía vasca», un itinerario que dé seguridad para llevar a término el «progreso de reintegración» de estas personas.
Según han explicado Teresa Toda, Nazario de Oleaga, Agus Hernán y Nekane Alzelai, «para ser exitoso debe entenderse como un proceso desde dentro hacia fuera, es decir, desde la celda hasta la calle». Y desde ese prisma marca dos fases: «La primera y más urgente, definir el itinerario que debe seguir la persona presa dentro de la cárcel, permitiendo su evolución con garantías de primer a segundo grado y, principalmente, de segundo a tercer grado. Y la segunda, un acompañamiento institucional y social en la fase de permisos penitenciarios (tanto en segundo como, principalmente, en tercer grado) y en la de su reintegración plena en la sociedad».
Implicación de gobiernos y presos
El Foro cree que hacen falta tres ingredientes para implantar y culminar esta hoja de ruta. Por un lado, «una voluntad decidida del Gobierno español de dar por superada definitivamente la todavía vigente fase de excepcionalidad penitenciaria y de hacer una propuesta clara de itinerario de reintegración. Un itinerario que debe ofrecer garantías en su desarrollo», insiste.
Junto a ello, plantea la necesidad de «una implicación decidida de las personas presas por delitos de motivación política de apostar por un itinerario de reintegración, profundizando en los caminos de rechazo individualizado al uso de la violencia, en su compromiso inequívoco con las vías pacíficas y democráticas, y el reconocimiento expreso del daño en su caso causado, como voluntad clara de reparación de este».
Como tercer elemento incluye «una voluntad decidida de los gobiernos vasco y navarros, así como de las propias organizaciones de la sociedad civil que puedan hacerlo, para aportar en la reintegración». Y es que, detalla, ese proceso requiere una fase «urgente y breve» que satisfaga las necesidades económicas y sanitarias básicas de estas personas, y otra segunda que le facilite «medios de vida sostenibles».
«Vía vasca de todos y para todos»
Hernán y Alzelai han hecho hincapié en que las condiciones para este proceso «se van reuniendo poco a poco», enumerando la posible conformación de un Gobierno progresista en el Estado, los acuerdos instituciones en Euskal Herria, la voluntad de EPPK de recorrer el camino legal o «la generosidad que están manifestando muchas víctimas».
Así las cosas, han remarcado que «en los próximos meses tocará definir los contenidos de ese itinerario, que desde el Foro Social Permanente hemos denominado ‘Vía vasca de todos y para todas las personas presas’».
«‘Via vasca de todos’ porque debe ser acordada entre todos los agentes que trabajan en esta cuestión. Y para conseguirlo, existe un método de éxito que ya fue probado de manera satisfactoria en el caso del desarme civil y la disolución de ETA: los acuerdos basados en una triangulación. Y ‘vía vasca para todas’ porque este itinerario debe estar pensado para que lo puedan recorrer todas las personas presas», han explicado.
«Solo un acuerdo de estas características garantizará que podamos desatar definitivamente este nudo pendiente», ha concluido el Foro, que anticipa un ingente trabajo en estos meses en esta línea. Siempre dentro de la consideración, con que ha arrancado la comparecencia, de que el de las personas presas es uno de los tres nudos que hay que soltar junto al de las víctimas y el de la memoria inclusiva.