Enrique Maya, alcalde de Iruñea, ha aprovechado una entrevista en ’La Ser’ para anunciar su intención de acabar con el proceso participativo puesto en marcha en 2016 por Joseba Asiron (EH Bildu) para elegir la persona que lanza el cohete que da inicio a los sanfermines.

Considera las votaciones populares «un proceso tortuoso». Hasta ahora, desde las asociaciones y colectivos integrantes en la Mesa de los Sanfermines presentaban sus candidaturas que después eran votadas por la ciudadanía. Maya también ha puesto en entredicho a la mesa, alegando que «hay asociaciones que tienen una ideología política».

Su compañero de formación en Navarra Suma Juanjo Echeverría ha añadido que el actual sistema «favorece a quien tiene más control de las redes», a pesar de que también existe el voto presencial en distintos puntos de la ciudad. Asimismo, ha señalado que lanzar el txupinazo «debe ser un honor, no una competición con perdedores».

El concejal de EH Bildu Joxe Abaurrea ha defendido el modelo vigente y ha aplaudido que «el elemento central sea la participación ciudadana». algo que ha considerado «insustituible». Abaurrea ve en las palabras de Maya una «obsesión por revertir todo lo de la anterior legislatura».

Maite Esporrín, representante del PSN en el Consistorio navarro, ha reconocido que cuando Asiron introdujo el cambio le pareció «raro», pero que considera la experiencia de estos cuatro años «muy positiva». Por ello, ha definido como «una temeridad» volver al modelo anterior.

El edil de Geroa Bai Javier Leoz ha recordado que ellos, en la anterior legislatura, apostaron por una tercera vía que valoraba la creación de un Consejo de Cultura que fuese quien tomase la decisión, después ratificada por el pleno del Ayuntamiento. Sin embargo, tras estos cuatro años, entiende que «no se puede volver atrás».

Por primera vez, el entonces alcalde de Iruñea Joseba Asiron delegó la elección de quién tira el txupinazo en 2016, tras renunciar a lanzarlo él el año anterior y cederlo a la Peña La Veleta. Asiron delegó esa competencia en la ciudadanía o, a través de las asociaciones de la Mesa General de Sanfermines. El sistema se articuló en dos fases: un plazo para las propuestas en esa Mesa y otros de votación popular de la ciudadanía. Las candidaturas se podían formalizar sobre personas o grupos que hayan realizado aportaciones a Iruñea y quedaban excluidos los partidos políticos, las organizaciones sindicales o empresariales y las confesiones religiosas.