En un primer momento, minutos después del ataque, fuentes militares del campo de entrenamiento de Al Meel, ubicado en la provincia de Marib, en el norte del Yemen, aseguraron que al menos once soldados murieron y otros 30 resultaron heridos. El ataque se habría producido durante el rezo musulmán de la tarde. La cifra ha ascendido ya hasta los 86 fallecidos.
Los militares saudíes atribuyeron el ataque a un misil balístico lanzado los rebeldes hutíes yemeníes, que controlan amplias zonas del norte y el noroeste del país, así como la capital, Saná. A primer ahora de la noche los rebeldes hutíes no habían reivindicado el ataque.
Marib es una ciudad petrolera controlada por las fuerzas leales al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, reconocido internacionalmente, y cuenta con presencia de las tropas de la coalición árabe capitaneada por Arabia Saudí.
Esa coalición militar interviene en el Yemen desde marzo de 2015 en contra de los rebeldes y en apoyo a las tropas del presidente yemení, Abdo Rabu Mansur Hadi, exiliado en Riad desde que en 2014 los rebeldes tomaron Saná.
En diciembre de 2018, los dos bandos yemeníes lograron un acuerdo en Estocolmo con la mediación de la ONU, visto como un punto de partida para poner fin al conflicto, pero que ha sido reiteradamente vulnerado y cuya implementación hasta ahora se ha demostrado muy complicada.
El Yemen es escenario de la mayor catástrofe humanitaria del planeta, según Naciones Unidas, que ha advertido reiteradamente de que al menos tres cuartas partes de los 30 millones de habitantes del país necesitan ayuda humanitaria para satisfacer sus necesidades básicas.